Las jornadas ‘Comunicación, Marketing Político y Empresa: una mirada desde la IA’, organizadas por UNIR, KREAB y la CIP, concitaron en Guayaquil y Quito a un centenar de empresarios, académicos y profesionales de la comunicación, quienes participaron en el debate sobre cómo la IA está redefiniendo la forma de comunicarnos y de hacer política.

La inteligencia artificial (IA) es una herramienta clave que transforma la comunicación, decisiones políticas y negocios, generando oportunidades y desafíos éticos, regulatorios y educativos, también en Ecuador.  Es la conclusión a la que llegaron expertos internacionales en las jornadas ‘Comunicación, Marketing Político y Empresa: una mirada desde la IA’, organizadas por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), KREAB Ecuador y la Cámara de Industrias y Producción (CIP).

El encuentro, celebrado los días 12 y 13 de mayo en Guayaquil y Quito, reunió a más de cien participantes, entre empresarios, académicos y profesionales de la comunicación, interesados en debatir sobre el rol transformador de la inteligencia artificial en distintos ámbitos de la vida pública y privada.

La inauguración de las sesiones estuvo a cargo de Rosalía Arteaga, presidenta de UNIR en Ecuador y expresidenta constitucional de la República; María Paz Jervis, presidenta ejecutiva de la CIP; y Claudia Arteaga, Managing Partner de KREAB Ecuador. Las tres coincidieron en la necesidad de construir un enfoque ético, humanista y estratégico para integrar la IA en los procesos sociales y organizacionales.

Especialistas en comunicación y periodismo en la era de la IA

Las sesiones de las dos jornadas estuvieron protagonizadas por expertos internacionales en IA que ofrecieron diferentes perspectivas de su aplicación en la comunicación, el marketing político y su efecto en el entorno empresarial.

Sergio Arce García, docente e investigador de UNIR, especialista en comunicación digital y desinformación, ofreció una ponencia que combinó análisis técnico y reflexión crítica sobre el uso de inteligencia artificial en el ecosistema mediático. A partir de casos reales y herramientas ampliamente utilizadas —como ChatGPT, Otter.ai, Grammarly o Brandwatch—, explicó cómo “la IA ha modificado los procesos de redacción, edición, análisis de audiencias y gestión de contenidos en los departamentos de comunicación y las redacciones periodísticas”.

Arce señaló que estas tecnologías permiten ahorrar tiempo, mejorar la segmentación de mensajes y acceder a datos valiosos en tiempo real, pero advirtió que su uso no está exento de riesgos. “La inteligencia artificial puede ser una gran aliada, pero no debe reemplazar el juicio profesional ni desplazar la responsabilidad ética. El criterio humano sigue siendo insustituible, especialmente cuando hablamos de verdad, contexto y responsabilidad social”, apuntó.

Además, abordó los dilemas que enfrentan los medios frente a los algoritmos que priorizan el impacto emocional sobre la veracidad de los contenidos. “La inteligencia artificial amplifica tanto las buenas prácticas como las malas intenciones. Por eso, es clave formar comunicadores con competencias técnicas, pero también con una fuerte base ética y crítica”, concluyó.

Tecnología y democracia: los desafíos del marketing político

Por su parte, Koldo Díaz Bizkarguenaga, docente e investigador de UNIR, consultor y experto en interpretación legal y sociológica de las nuevas tecnologías, centró su intervención en el impacto de la IA en el marketing político y los procesos electorales. Díaz evidenció cómo el análisis de Big Data, la microsegmentación y la inteligencia artificial emocional están transformando la relación entre candidatos y ciudadanos.

“La IA permite construir mensajes extremadamente persuasivos dirigidos a microaudiencias específicas, apelando directamente a emociones como el miedo, la indignación o la esperanza. Y lo hace muchas veces sin necesidad de sustento verificable”, explicó. Esta capacidad, según el experto, pone a prueba la integridad de los procesos democráticos y exige nuevos marcos de regulación y transparencia.

Díaz también señaló que los ritmos vertiginosos de la tecnología superan con frecuencia la capacidad de respuesta de los legisladores y de los organismos de control. Por ello, propuso avanzar en cuatro ejes prioritarios: formar talento nacional capacitado en IA y tecnologías emergentes; desarrollar una normativa flexible que garantice derechos sin frenar la innovación; fomentar la colaboración entre gobiernos, empresas y academia; y promover la alfabetización digital de la ciudadanía para fortalecer su capacidad crítica.

Una conversación urgente y transversal

El encuentro ‘Comunicación, Marketing Político y Empresa: una mirada desde la IA’ sirvió para evidenciar que la inteligencia artificial no es solo un asunto técnico o de innovación, sino que también involucra valores, decisiones colectivas y el modelo de sociedad que queremos construir. Ya sea desde los medios, la política o la empresa, el uso responsable y estratégico de la IA requiere colaboración intersectorial, formación constante y una apuesta por la ética como columna vertebral de todo proceso tecnológico.

Los organizadores de las dos jornadas dedicadas a los retos planteados por la IA coincidieron en que este tipo de espacios son clave para fomentar una cultura digital crítica y participativa, capaz de integrar la innovación sin perder de vista lo humano.

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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