La inteligencia artificial (IA) se está posicionando como uno de los recursos más prometedores en la modernización de la lucha contra la inseguridad, transformando la manera en que los gobiernos y las instituciones de seguridad pública abordan los desafíos actuales. Su capacidad para procesar grandes volúmenes de datos y detectar patrones invisibles para el ojo humano está revolucionando los enfoques tradicionales en la prevención, investigación y resolución de crímenes. En América Latina, y especialmente en Ecuador, la creciente preocupación por la inseguridad ha hecho que la adopción de tecnologías avanzadas sea más urgente que nunca. En este contexto, según el experto en seguridad y docente de la Escuela de Riesgos de la UIDE, Wilson Goyes, la inteligencia artificial ofrece soluciones concretas, basadas en datos y tecnología, para crear entornos más seguros y garantizar una respuesta más rápida y efectiva ante situaciones de riesgo.

Uno de los desarrollos más relevantes que la IA aporta al campo de la seguridad es el análisis predictivo del crimen, una herramienta que permite anticipar delitos antes de que ocurran. Utilizando algoritmos de machine learning y redes neuronales, la IA puede identificar patrones en grandes volúmenes de datos históricos y actuales, tales como crímenes pasados, variables sociales, económicas y geográficas. Esto permite prever dónde y cuándo podrían ocurrir ciertos tipos de delitos, lo que ofrece a las autoridades la oportunidad de implementar medidas preventivas con antelación. Si bien los modelos predictivos han demostrado ser eficaces en varios casos, es fundamental seguir optimizándolos para que se adapten a las realidades locales de diferentes regiones, ya que la precisión de estos modelos depende de las variables sociales y geográficas específicas de cada lugar. El desarrollo de este tipo de tecnologías debe ser acompañado de estudios sobre el impacto de las decisiones basadas en IA, garantizando que no se perpetúen sesgos ni discriminación.

El reconocimiento facial y los sistemas de videovigilancia inteligente representan otra de las aplicaciones más visibles de la inteligencia artificial en la seguridad pública. Gracias a los avances en visión por computadora y el aprendizaje profundo, es posible identificar a personas sospechosas en tiempo real, lo cual ha permitido que las fuerzas de seguridad incrementen su capacidad de reacción ante delitos en curso. Sin embargo, estos sistemas deben ser perfeccionados en términos de precisión, para evitar posibles errores en la identificación que puedan dañar la credibilidad de la tecnología. Además, debe ser una prioridad asegurar que los algoritmos no violen derechos fundamentales, como la privacidad, por lo que la implementación de estas herramientas debe hacerse bajo estrictos marcos legales y éticos que protejan la libertad individual sin comprometer la seguridad pública.

Otro área en la que la IA juega un papel crucial es en el monitoreo de redes sociales y la comunicación digital. En un mundo cada vez más interconectado, la violencia y las amenazas no solo se manifiestan en el mundo físico, sino también en el ciberespacio. El procesamiento de lenguaje natural y el análisis de sentimientos permiten detectar discursos de odio, amenazas online y patrones de comportamiento que podrían dar lugar a actos de violencia. Sin embargo, el monitoreo digital debe manejarse con mucho cuidado, respetando siempre la libertad de expresión y los derechos digitales de las personas. Las soluciones basadas en IA deben garantizar que la vigilancia digital no se convierta en un mecanismo de censura o persecución, sino en una herramienta para prevenir delitos de manera justa y equitativa.

Los drones autónomos y la robótica de vigilancia también se han consolidado como aliados estratégicos en la lucha contra la inseguridad. Equipados con sistemas de navegación inteligentes y sensores avanzados, los drones pueden realizar patrullajes en áreas de difícil acceso o zonas de alto riesgo, proporcionando información en tiempo real a las autoridades. Estos dispositivos, al ser autónomos, pueden operar sin intervención humana directa, lo que aumenta su eficiencia y capacidad de reacción ante situaciones de emergencia. La investigación en esta área debe seguir avanzando para mejorar la autonomía de los drones, así como su capacidad para trabajar en coordinación con otros sistemas tecnológicos, como cámaras de vigilancia y fuerzas de seguridad en el terreno. La integración de estos sistemas autónomos en las operaciones de seguridad debe hacerse de manera estratégica, para maximizar su efectividad sin comprometer la seguridad de los ciudadanos.

La inteligencia artificial aplicada al análisis de datos judiciales y criminales también ofrece un gran potencial. Utilizando grandes volúmenes de datos y algoritmos de clasificación, la IA puede ayudar a las autoridades judiciales a tomar decisiones más informadas sobre sentencias, liberaciones condicionales y evaluaciones de riesgo de reincidencia. Sin embargo, este campo debe desarrollarse con cautela, ya que el uso de la IA para la toma de decisiones legales debe basarse en principios éticos y transparentes. Es esencial que los algoritmos utilizados en el sistema judicial sean auditables y no perpetúen sesgos históricos, lo que podría resultar en discriminación contra ciertos grupos de la población. Además, se debe garantizar que las decisiones automatizadas no reemplacen la discreción humana en casos complejos, sino que sean utilizadas como herramientas complementarias que ayuden a tomar decisiones más justas y fundamentadas.

Los sistemas de respuesta automática a emergencias son otra de las aplicaciones donde la IA muestra su gran potencial. A través de redes de comunicación inteligentes y sistemas de gestión de emergencias, la IA puede optimizar la asignación de recursos y mejorar la coordinación en tiempo real durante situaciones de crisis. Estos sistemas pueden analizar datos de diversas fuentes y, en función de la situación, asignar recursos de manera eficiente, reduciendo los tiempos de respuesta y mejorando la efectividad de las operaciones de rescate y seguridad. Para que estos sistemas sean exitosos, deben contar con interfaces intuitivas que faciliten la interacción con la población, garantizando que los ciudadanos puedan acceder fácilmente a la ayuda necesaria en momentos de emergencia.

Por último, la ciberseguridad es un ámbito donde la IA juega un papel fundamental en la detección de amenazas cibernéticas y la prevención de delitos digitales. A medida que las redes se vuelven más complejas y los ciberataques más sofisticados, la inteligencia artificial se ha convertido en una herramienta esencial para identificar patrones sospechosos y prevenir ataques antes de que ocurran. La IA es capaz de analizar grandes cantidades de datos en tiempo real, detectando anomalías y comportamientos inusuales en redes y sistemas, lo que permite prevenir fraudes, hackeos y otros delitos digitales. Sin embargo, la defensa cibernética basada en IA debe evolucionar constantemente, adaptándose a las nuevas tácticas utilizadas por los delincuentes y fortaleciendo las capacidades predictivas para mejorar la protección en el ciberespacio.

En conclusión, la inteligencia artificial está cambiando la manera en que enfrentamos los desafíos de la inseguridad, ofreciendo soluciones innovadoras que permiten una respuesta más rápida y precisa ante los delitos. A medida que avanzamos en la implementación de estas tecnologías, es fundamental que su desarrollo y uso estén guiados por principios éticos y que se mantenga un equilibrio entre la seguridad pública y la protección de los derechos individuales. Solo de esta manera, la IA podrá convertirse en una herramienta eficaz y justa en la lucha contra la inseguridad, promoviendo una sociedad más segura, equitativa y transparente. Como académicos y profesionales, tenemos la responsabilidad de seguir investigando y optimizando estas tecnologías, garantizando que su impacto sea positivo y beneficioso para toda la sociedad.

Por: Wilson Goyes, Profesor de la Escuela de Riesgos de la Universidad Internacional del Ecuador – UIDE

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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