• Un estudio realizado en Cuenca (Prevalencia de la Esclerosis Múltiple en Cuenca. Abad et al., 2017) evidencia el crecimiento local de esta enfermedad. De acuerdo con los hallazgos, la tasa de prevalencia es de 3.88 casos por cada 100.000 habitantes en esta ciudad (2016).

La Esclerosis Múltiple (EM) representa un desafío significativo para los sistemas de salud en América Latina, incluido Ecuador, debido a la diversidad de los síntomas con que se presenta, y al considerable impacto que produce en la calidad de vida de los pacientes.

La última década se ha caracterizado por la incorporación de nuevas técnicas de diagnóstico, como los biomarcadores y la resonancia magnética, así como por la evolución de los criterios de diagnóstico, que han facilitado la identificación más temprana de la enfermedad, y la  posibilidad de individualización del tratamiento, mejorando el pronóstico del paciente  Esto se suma a la aparición de nuevas opciones terapéuticas, que buscan eficacia, manteniendo la seguridad del paciente.

En Ecuador, el diagnóstico tardío es uno de los principales desafíos, lo que se torna preocupante, al considerar que el 60% de pacientes desarrolla algún grado de discapacidad en los primeros 10 años luego del diagnóstico, debido a la falta de diagnóstico oportuno, según la Federación Internacional de Esclerosis Múltiple (MSIF).

A nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad afecta a más de 2,8 millones de personas en el mundo y constituye la principal causa de discapacidad no traumática en adultos jóvenes. 

En el marco del Día Mundial de la Esclerosis Múltiple, Roche Ecuador se suma a los esfuerzos de la OMS para concienciar a la población sobre esta enfermedad. Visibilizar la situación de la EM en el país, su impacto en los pacientes y sus principales desafíos, es clave para promover un diagnóstico oportuno, así como impulsar mejoras y eficiencia en la atención sanitaria.

“Si bien, en Ecuador, los neurólogos están logrando avances notables en el diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno de esta condición, con miras a mejorar la calidad de vida de los pacientes, la EM aún representa un desafío creciente para el sistema de salud, principalmente por el déficit de neurólogos con respecto a la población, difícil disponibilidad de herramientas diagnósticas y los altos costos asociados tanto al diagnóstico como al tratamiento. Considero importante sumar esfuerzos para impulsar una cultura preventiva y movilizar los recursos necesarios para transformar la atención sanitaria de la EM”, explica Oana Matei, Gerente General de Roche Ecuador.

Sobre la enfermedad y su impacto en Ecuador:

  • La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad crónica del sistema nervioso central. De acuerdo con la OMS, afecta a funciones cognitivas, emocionales, motoras, sensoriales o visuales y se produce como resultado del ataque del sistema inmunitario de una persona contra su sistema nervioso central (encéfalo y médula espinal).
  • En Ecuador, si bien la prevalencia sigue siendo baja en comparación con regiones como Europa o América del Norte, donde se puede superar los 100 casos por cada 100.000 habitantes, se ha observado un crecimiento sostenido, especialmente en zonas urbanas como Quito, Guayaquil y Cuenca.  Un estudio sobre la Prevalencia de la Esclerosis Múltiple, realizado en Cuenca,  reveló que la prevalencia aumentó de 0,75 a 3,88 casos por cada 100.000 habitantes en una década.
  • Este incremento se relaciona principalmente con una mayor conciencia de la enfermedad entre los profesionales de la salud, una mejor disponibilidad de resonancias magnéticas (RM) y la implementación de criterios diagnósticos más precisos, como los de McDonald.  (Abad et al., 2017).

Sobre su diagnóstico: avances y desafíos

  • El camino hacia un diagnóstico certero continúa siendo complejo y muchas veces prolongado. En promedio, puede transcurrir más de un año desde la aparición de los primeros síntomas hasta que se confirma la enfermedad. Entre los principales obstáculos se encuentran la escasez de neurólogos especializados, especialmente en el campo de la neuroinmunología, y la limitada infraestructura diagnóstica en diversas regiones del país. (Abad et al., 2017).
  • A pesar de estas barreras, los avances en diagnóstico temprano están marcando una diferencia importante. La aplicación de los criterios McDonald 2017 ha permitido diagnósticos más ágiles y certeros, lo que facilita el inicio oportuno del tratamiento. Iniciar la terapia en fases tempranas es esencial para ralentizar significativamente la progresión de la enfermedad, mejorando la calidad de vida de quienes viven con EM. (Thompson et al., 2018)

Los profesionales de la salud en el país están trabajando activamente para transformar el abordaje de la enfermedad. La adopción de protocolos clínicos estandarizados y el fortalecimiento de redes de atención especializada están dando frutos en forma de diagnósticos más oportunos y mejores resultados clínicos sostenidos.  

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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