Iniciar en el mundo del running puede parecer tan sencillo como salir a la calle y empezar a trotar. Sin embargo, uno de los factores más importantes, y a menudo subestimado por los nuevos corredores, es la elección del calzado. Correr con los zapatos adecuados no solo mejora el rendimiento, sino que también previene lesiones y contribuye al bienestar del pie a largo plazo.

La tecnología aplicada al calzado deportivo ha evolucionado enormemente en los últimos años. Se han incorporado materiales innovadores, sistemas de amortiguación avanzados y diseños ergonómicos que se adaptan a diferentes tipos de pisada. “Cada corredor es único, y por eso hemos desarrollado modelos que responden a distintas necesidades, desde la estabilidad hasta la ligereza y la reactividad”, explica Eduardo Martínez, Gerente de Marketing de Mundo Deportivo, Distribuidor Exclusivo de adidas en Ecuador. “Nuestro objetivo es acompañar al corredor desde el primer kilómetro, ofreciéndole confianza en cada zancada”.

Si estás empezando en el running, un buen par de zapatos marca la diferencia. Los expertos recomiendan visitar una tienda especializada para realizar un análisis de pisada, conocer el tipo de arco del pie y determinar si requieres un calzado neutro, pronador y supinador. Este tipo de evaluaciones ayudan a elegir el modelo adecuado y a reducir el riesgo de dolencias comunes como fascitis plantar, tendinitis o dolor en las rodillas.

Por otro lado, el uso del calzado correcto tiene beneficios en la salud del pie a largo plazo. Un buen soporte del arco, amortiguación efectiva y ajuste firme pero cómodo ayudan a conservar la alineación adecuada del cuerpo y a evitar el desgaste innecesario de las articulaciones. “Correr debe ser un acto natural y saludable, no una fuente de lesiones”, afirma Eduardo Martínez, Gerente de Marketing de Mundo Deportivo, Distribuidor Exclusivo de adidas en Ecuador. “Por eso desarrollamos tecnologías que brindan soporte, transpirabilidad y retorno de energía sin comprometer la comodidad, pensando tanto en los nuevos corredores, como en aquellos con amplia experiencia”.

Otro aspecto clave es la durabilidad. Un buen par de zapatos puede soportar entre 600 y 800 kilómetros de uso, dependiendo del terreno y el tipo de corredor. Es importante estar atentos a las señales de desgaste: pérdida de amortiguación, suelas lisas o deformación del talón son indicios de que es momento de reemplazarlas. Mantener los zapatos en buen estado también implica usarlos solo para correr, evitar lavarlos en lavadora y guardarlos en un lugar seco y ventilado.

En definitiva, para quienes se dediquen al running o quieran empezar a hacerlo, elegir los zapatos adecuados es una inversión en salud, seguridad y motivación. Iniciar esta actividad con el pie derecho puede marcar el inicio de un hábito que transforme el estilo de vida y brinde beneficios integrales, donde cada paso se convierte en una oportunidad para avanzar.

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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