•  “El Certificado Internacional de Vacunación puede ser obligatorio para entrar en algunos países. Sin él, pueden denegarte el acceso”, advierte Margarita Rubio Alonso, catedrática de Epidemiología de la Universidad Europea de Madrid.
  • “Consultar con tiempo en un centro especializado y contratar un seguro médico adecuado son las dos decisiones clave para viajar protegido”, añade la experta.

Cada vez son más los viajeros que optan por destinos exóticos, pero al preparar un viaje internacional, no todo debe centrarse en qué ropa llevar. Viajar a determinadas regiones del mundo implica también tener en cuenta aspectos clave relacionados con la salud, como las vacunas obligatorias o los riesgos sanitarios del entorno. Margarita Rubio Alonso, catedrática de Epidemiología de la Facultad de Medicina, Salud y Deportes de la Universidad Europea de Madrid, recuerda que “hay enfermedades como la fiebre amarilla para las que algunos países exigen por ley la vacunación y no llevar el Certificado Internacional de Vacunación puede impedirse la entrada”.

Este documento, también conocido como “cartilla amarilla”, es expedido en los Centros de Vacunación Internacional autorizados por los Ministerios de Salud y tiene validez oficial a nivel global. Se recomienda especialmente en viajes a África subsahariana o América del Sur. Además de la fiebre amarilla, en función del destino, pueden exigirse o recomendarse vacunas frente a hepatitis A y B, fiebre tifoidea, meningitis meningocócica, rabia o encefalitis japonesa. “Todo depende del país, del tipo de zonas que se vayan a visitar, de la duración del viaje y del estado de salud del viajero. No hay una única pauta válida para todos”, explica Rubio Alonso.

Un error habitual es posponer la cita médica hasta el último momento. Según la catedrática, lo ideal es acudir a un centro especializado entre 10 y 12 semanas antes del viaje. “Las citas se agotan rápidamente en los meses previos al verano. Además, algunas vacunas necesitan varias dosis o unos días para generar inmunidad. La de la fiebre amarilla, por ejemplo, debe administrarse al menos 10 días antes del viaje”, detalla la catedrática de la Universidad Europea. También recomienda revisar si el país de escala exige vacunación, ya que, aunque normalmente no se solicita en escalas inferiores a 12 horas, puede haber excepciones.

Además de la vacunación, el botiquín es otro elemento clave. “Un desinfectante, apósitos, antidiarreicos, sales de rehidratación oral y repelente de insectos son básicos, sobre todo en zonas tropicales. Y, por supuesto, la medicación habitual recetada por su médico, afirma Rubio Alonso. En caso de enfermar en el extranjero, insiste en que hay que contactar con el seguro médico lo antes posible y conservar todos los documentos relacionados con la atención sanitaria. Declarar previamente cualquier enfermedad crónica a la aseguradora puede evitar problemas de cobertura.

Al volver del viaje, hay que permanecer atento a cualquier síntoma inusual. “Fiebre persistente, diarrea prolongada o con sangre, erupciones, coloración amarillenta o cansancio extremo son señales de alarma. Hay enfermedades tropicales cuyos síntomas pueden aparecer semanas después del regreso”, señala.

Entre los errores más frecuentes, la experta destaca no consultar con antelación, ignorar riesgos ambientales como la altitud o el calor extremo y no contratar un seguro médico adecuado. “Son fallos que pueden poner en riesgo la salud y arruinar un viaje que llevaba meses planeándose”, advierte.

Su recomendación más importante es clara: “consultar con tiempo en un centro especializado y contratar un seguro médico con cobertura amplia. Esa es la mejor forma de viajar protegido y con tranquilidad”.

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *