• La campaña “Tu piel te habla, mírate” recorrió 12 ciudades de Ecuador, incluyendo zonas rurales, donde se realizaron más de 900 análisis dermatológicos y se detectaron 48 casos sospechosos de lesiones malignas, evidenciando la importancia de cuidar la piel como reflejo de la salud cotidiana.
  • Según la skin cancer foundation, más del 90% de los cánceres de piel están relacionados con la exposición a radiación ultravioleta (UV), lo que destaca la necesidad de una fotoprotección efectiva desde edades tempranas.

Ante la creciente necesidad de concienciar sobre el cuidado de la piel en Ecuador, se lanzó la campaña “Tu piel te habla, mírate”, una iniciativa que recorrió doce ciudades del país, incluyendo zonas rurales como Paute, Gualaceo y Guaranda. Durante este recorrido se realizaron más de 900 análisis dermatológicos y se identificaron 48 casos sospechosos de lesiones cutáneas potencialmente malignas, que fueron derivados oportunamente a atención médica especializada.

Esta acción preventiva reveló la importancia de cuidar la piel, pues se trata de un reflejo constante de lo que vivimos a diario y aprender a observarla puede marcar la diferencia entre detectar a tiempo o ignorar señales que podrían comprometer la salud.

La exposición diaria a distintas fuentes de radiación, desde la solar hasta la generada por pantallas electrónicas, ha transformado profundamente el enfoque sobre el cuidado cutáneo. Ya no se trata solamente de evitar quemaduras solares, sino de proteger la piel frente a diversas formas de radiación que provocan envejecimiento prematuro, manchas, pérdida de elasticidad y, en casos más graves, cáncer de piel.

La dermatóloga y vocera de Megalabs, María José Núñez, afirma que “la fotoprotección se ha convertido en una herramienta indispensable para mantener la salud de la piel, y que su aplicación debe ir más allá del verano o las actividades al aire libre. Hoy se sabe que la exposición a distintos tipos de radiación ocurre a diario, muchas veces de manera imperceptible, lo que exige una protección más integral.”

El concepto de fotoprotección supera ampliamente el uso tradicional de bloqueadores solares. Se trata de una defensa frente a cuatro tipos de radiación nociva: UVB (ultravioleta B), UVA (ultravioleta A), HEV (luz azul o artificial) e IR-A (infrarrojo A). Durante años, los protectores solares se enfocaban únicamente en bloquear la radiación UVB y UVA. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que la luz azul proveniente de dispositivos electrónicos y el infrarrojo también causan daños significativos en la piel.

Un fotoprotector adecuado debe reunir tres características esenciales, protección de amplio espectro contra UVB, UVA, HEV e IR-A; formulación con ingredientes seguros como dióxido de titanio, óxido de zinc o Tinosorb A2B; y una etiqueta clara que indique visiblemente los tipos de protección que ofrece. En este contexto, los profesionales de la salud desempeñan un papel crucial al orientar a los pacientes sobre la importancia de leer las etiquetas, identificar los ingredientes correctos y no dejarse influenciar únicamente por factores como la textura o el nivel de FPS.

El cuidado de la piel debe integrarse en todas las etapas de la vida, sin importar la región del país o el estilo de vida. Esta recomendación cobra aún más relevancia en territorios como Ecuador, donde los niveles de radiación solar alcanzan cifras preocupantes que requieren atención permanente. A escala global, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se diagnostican entre 2 y 3 millones de casos de cáncer de piel no melanoma y alrededor de 132 mil casos de melanoma, el tipo más letal, lo que refuerza la urgencia de incorporar hábitos de fotoprotección como parte esencial del bienestar diario.

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *