El Día Internacional de la Juventud es una oportunidad para pensar en los retos y oportunidades que enfrentan los jóvenes. Uno de los más urgentes: su integración al mundo laboral. En un mercado cada vez más dinámico y competitivo, ¿qué habilidades buscan hoy los empleadores en Ecuador? ¿Qué hace que los jóvenes destaquen?
El desafío del empleo juvenil
Según datos recientes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 8 de cada 10 jóvenes en Ecuador no tienen empleo. Además, la mitad no recibe ningún ingreso económico.
Este escenario, que combina la informalidad y el subempleo, exige respuestas urgentes tanto del sistema educativo como de las políticas públicas. Es decir, exige una transformación profunda en la forma de preparar a los futuros profesionales.
Las habilidades más valoradas
El BID publicó los resultados de la Encuesta de Habilidades Laborales 2024 que analiza el panorama en el contexto ecuatoriano. La encuesta reveló que muchas empresas no logran llenar sus vacantes por falta de candidatos con el perfil adecuado. ¿Qué buscan entonces?
- Adaptabilidad y resiliencia: la capacidad de ajustarse a entornos cambiantes y superar desafíos. En este sentido, se valora la habilidad para resolver problemas.
- Conocimientos técnicos específicos: no es suficiente el conocimiento básico en el área de trabajo, sino se requieren saberes especializados, más amplios e integrales.
- Comunicación efectiva y trabajo en equipo: estas habilidades, conocidas como “blandas”, cada vez son más apreciadas en el mundo laboral.
- Competencias digitales: la revolución tecnológica exige que, independientemente de la profesión, los jóvenes desarrollen desde habilidades básicas hasta programación y análisis de datos.
En esta misma línea, durante la Semana de la Sostenibilidad 2025 de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), Francesc Pedró, director del Instituto de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe, presentó un panorama sobre los retos y oportunidades en cuanto a la inteligencia artificial, la transición ecológica y las profesiones de cuidado.
El experto destacó que para 2030, el 30% de los trabajos podrían ser automatizados, lo que exige un enfoque más humano y no mecánico en el desarrollo laboral. Además, enfatizó que la región tiene el potencial de liderar la transición ecológica, con la posibilidad de generar hasta 7 millones de nuevos empleos. Finalmente, subrayó la urgencia de fortalecer las profesiones de cuidado: se estima que se necesitarán 15 millones más de trabajadores en salud y 69 millones en educación para ese mismo año.
Educación que transforma
Ante este panorama, la PUCE trabaja con un modelo educativo centrado en el estudiante, que busca la formación de personas integrales listas para transformar el mundo. “No se trata de ser el mejor en algo específico, sino de convertirse en individuos completos que sirvan al mundo”, explica el Dr. Andrés Mideros Mora, vicerrector de Docencia y Estudiantes de la PUCE.
Este modelo, inspirado en la pedagogía ignaciana, pone al estudiante en el centro del proceso formativo. ¿Cómo lo logra?
- Acompañamiento académico y humano constante.
- Currículos flexibles que permiten certificar competencias específicas durante la carrera.
- Interdisciplinariedad en todos los programas académicos, promoviendo una mirada más amplia de los problemas y una preparación profesional más integral.
- Formación con enfoque social, conectando la gestión del conocimiento con las necesidades de la sociedad.
- Énfasis en el desarrollo de habilidades blandas.
Así, al momento de graduarse, los jóvenes no solo reciben un título, sino un portafolio de competencias, certificaciones y experiencias que fortalecen su perfil profesional. Por ello, los graduados de la PUCE son la elección predilecta de los empleadores a nivel nacional, de acuerdo con los resultados del ranking Qs 2026.
Jóvenes con propósito
En un país donde la empleabilidad juvenil es un reto, la PUCE demuestra que es posible transformar la educación para mejorar la sociedad. Formar jóvenes con propósito, con herramientas prácticas y con valores sólidos no solo fortalece sus oportunidades laborales, sino que también mejora el país.
Este Día de la Juventud, es momento de reconocer el potencial transformador de los jóvenes ecuatorianos. Desde la academia es indispensable una formación que no solo los prepare para conseguir un trabajo, sino para cambiar el mundo.