La inteligencia artificial (IA) avanza con fuerza en los negocios de la región, transformando procesos, redefiniendo roles y elevando las expectativas de clientes cada vez más exigentes. Según datos de IBM 2024 y de la Cámara de Innovación y Tecnología Ecuatoriana 2023, el 47% de las empresas en Latinoamérica ya integra IA en sus operaciones y en Ecuador cerca del 28% ha iniciado proyectos piloto, una señal de que el país comienza a incorporar esta tecnología como herramienta para ganar eficiencia y competitividad.
Aunque el interés crece, los retos para el ecosistema empresarial ecuatoriano siguen siendo significativos. La adopción de IA implica no solo inversión en tecnología, sino también desarrollar talento especializado, rediseñar procesos y fomentar una cultura organizacional abierta a la innovación. La velocidad de estos cambios definirá la capacidad de las compañías para mantenerse relevantes en mercados cada vez más dinámicos.
Para Mariángel Hernández, consultora internacional en innovación y cultura empresarial, con más de dos décadas de experiencia en transformación empresarial y proyectos en 12 países, las organizaciones necesitan un enfoque integral que combine estrategia, tecnología y factor humano. La experta propone cinco ejes de trabajo que pueden guiar este proceso:
- Eficiencia en equipos: integrar IA en procesos internos para reorganizar roles y eliminar tiempos improductivos.
- Ventas potenciadas: utilizar herramientas que identifiquen oportunidades, personalicen interacciones y mejoren las tasas de cierre.
- Cultura innovadora: instaurar un mindset resiliente, colaborativo y adaptable frente a los cambios tecnológicos.
- Experiencias memorables para clientes: aplicar métricas y metodologías que garanticen interacciones que generen lealtad y diferenciación.
- Motivación para el cambio: generar espacios que combinen creatividad, humor y storytelling para inspirar a los equipos a ser parte activa de la transformación.
“La IA no viene a reemplazarnos, sino a desafiarnos. La pregunta no es si la usamos o no, sino si lo hacemos lo suficientemente rápido para mantenernos competitivos. Por eso, además de herramientas y metodologías, diseñamos experiencias que provocan un efecto wow en los equipos, que los sacuden y los hacen querer ser parte activa del cambio”, afirma Hernández.
El avance de la inteligencia artificial en Ecuador representa una oportunidad estratégica para fortalecer la competitividad del país, atraer inversiones y posicionar a las empresas en cadenas de valor globales. Pero aprovechar ese potencial exige una visión de largo plazo: formar talento local, impulsar políticas de innovación y promover alianzas entre el sector privado, la academia y el Estado.
La próxima etapa no dependerá únicamente de quién adopte primero las herramientas, sino de quién logre combinarlas con creatividad, liderazgo y una cultura organizacional capaz de aprender y evolucionar. En este camino, la IA deja de ser solo una tecnología emergente para convertirse en el motor de una transformación que definirá a las empresas ecuatorianas en los próximos años.