En un entorno donde la estabilidad económica, la seguridad y los riesgos naturales continúan siendo temas de preocupación para familias y empresas, la prevención se ha convertido en una aliada imprescindible para resguardar el bienestar y la tranquilidad.
Los últimos años han dejado una clara lección: ningún entorno está libre de imprevistos. Crisis económicas, eventos climáticos extremos, ciberataques o situaciones de inseguridad pueden poner en riesgo tanto el patrimonio personal como la continuidad de los negocios. En este contexto, adoptar hábitos preventivos es una necesidad para quienes buscan estar un paso adelante.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Oficina para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), por cada dólar invertido en medidas preventivas, se puede evitar entre 4 y 7 dólares en pérdidas futuras, y hasta 15 dólares en costos de recuperación.
Por eso, para Seguros Interoceánica la protección comienza con decisiones diarias que fortalecen los hogares y las empresas. Estas prácticas, combinadas con una adecuada planificación financiera, pueden marcar la diferencia frente a la incertidumbre:
- Establecer un fondo de emergencia familiar o empresarial equivalente al menos a tres a seis meses de gastos operativos o personales.
- Adoptar hábitos de prevención de salud, mediante chequeos regulares y estilos de vida sanos.
- Fortalecer la seguridad digital y física en casa y negocio para prevenir robos, fraudes o incidentes cibernéticos (uso de contraseñas seguras, respaldo de datos, alarmas).
- Contratar seguros adecuados para el patrimonio (hogar, bienes), así como para empresas (inundaciones, incendios, responsabilidad civil, interrupción de negocio), como barrera financiera ante lo inesperado.
- Revisar periódicamente las coberturas y adaptarlas frente a nuevos riesgos emergentes (cambio climático, movilidad eléctrica, entre otros).
“Cada acción preventiva, por pequeña que parezca, construye confianza y estabilidad en el largo plazo. Desde Interoceánica, creemos que la prevención no solo protege el presente, sino que garantiza el futuro de las familias y empresas ecuatorianas”, señala Geovanny Montenegro, presidente Ejecutivo de la compañía.
Este enfoque demuestra que la protección y la planificación estratégica no solo mitigan los impactos de los imprevistos, sino que también fortalecen la resiliencia económica y social. Invertir en prevención es apostar por la estabilidad a largo plazo y contribuye a construir comunidades más preparadas frente a los cambios y desafíos del entorno. Cuando la prevención se convierte en un hábito colectivo, se transforma en una herramienta de desarrollo: reduce pérdidas, protege inversiones y promueve una cultura de responsabilidad compartida que impulsa un futuro más seguro, sostenible y próspero.
