Por Karina Pazmiño – Directora de la Escuela de Nutrición de la UIDE

  • En 2022, China produjo alrededor del 43% del té mundial, seguido por India con un 22%.
  • Personas que consumen regularmente té verde tienen un 18% menos riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
  • Estudios muestran que el té verde puede aumentar el gasto energético en un 4% y la oxidación de grasa en un 17%, especialmente cuando se combina con ejercicio.

El té es una bebida popular que se prepara mediante la infusión de hojas secas de la planta Camellia sinensis. Dependiendo del tratamiento que reciben las hojas, el té se clasifica principalmente en cinco tipos: verde, negro, oolong, blanco y puerh. China es el país de origen del té acorde a varias leyendas que datan desde el año 2737 a.C. La leyenda cuenta que el emperador Shen Nong descubrió el té cuando unas hojas cayeron accidentalmente en agua caliente.

El té es la bebida más consumida después del agua, no solo resulta una bebida gratificante, refrescante y estimulante, los beneficios para la salud se encuentran comprobados científicamente y su consumo va en ascenso data de 40 litros pér cápita.

Las hojas de té contienen una buena cantidad de flavonoles, potentes antioxidantes. Las principales catequinas presentes en el té son la epicatequina (EC), la epigallocatequina (EGC), la epicatequina gallato (ECG), y la epigallocatequina gallato (EGCG), siendo esta última la catequina mas abundante en el té y la que concita mayor interés e investigación ya que se relaciona con la prevención de enfermedad cardiovascular. Existen variedades de té, se encuentra el té verde, té negro, té blanco. El té verde contiene una alta concentración de catequinas y baja cantidad de teaflavinas y tearrubiginas, el té negro contiene bajas cantidades de catequinas y alto contenido de los dímeros y polímeros, Esta diferente composición es responsable, principalmente, de los diferentes efectos funcionales atribuidos al té ya que también existen otras formas de té aromático. Además de los flavanoles del té, particularmente el té verde, contiene también una pequeña cantidad de flavonoides como la quercetina, la miricetina, y el kanferol, entre otros, además posee cafeína, estimulante del sistema nervioso.

Una típica infusión de té preparada a partir de un gramo de hoja de té y 100 mL de agua caliente, otorga a nuestro organismo aproximadamente 250-350 mg de material sólido, constituido por 35-45% de catequinas y un 6% de cafeína. Gracias a su poder antioxidante el consumo de té verde podría prevenir diferentes tipos de cáncer como el de piel, pulmón y tracto digestivo.

La cantidad de antioxidantes que posee el té se ha relacionado con la reducción del colesterol malo LDL, colesterol total lo que previene enfermedades del corazón y a la vez se ha comprobado que el té inhibide la acción de la lipasa intestinal lo cual disminuye la capacidad hidrolítica de la enzima sobre las grasas. Este efecto se traduciría en una menor absorción de triglicéridos y de colesterol, lo cual podría derivar en una menor ganancia de peso por parte del consumidor.

Según Karina Pazmiño, directora de la Escuela de Nutrición de la UIDE, el té actúa en el envejecimiento celular, evitando las enfermedades crónicas y reduciendo la inflamación, gracias a su contenido de antioxidantes, flavonoles, polifenoles, cafeína. Se ha comprobado que el té blanco y verde refuerzan el sistema inmunológico lo que ayuda a prevenir resfriados y otras infecciones. Por su lado, el té verde aumenta el metabolismo lo que favorece la pérdida de peso, incentivando la quema de grasa especialmente si se combina con el ejercicio físico.

El aminoácido L-teanina presente en el té verde promueve estados de relajación y concentración sin causar somnolencia, algunos estudios incluso sugieren que el té verde y negro mejoran la sensibilidad a la insulina por ende controlan los niveles de glucosa. Además el té verde contiene fluoruro natural y antibacterianos que reducen la formación de placa y mal aliento.

Por otro lado, el té negro posee beneficios funcionales relacionados con el sistema nervioso, sin que sea tán abrupto como el café, en su lugar el té blanco se encuentra relacionado con el antienvejecimiento protege la piel y las células del cuerpo, también se encuentra relacionado con retrasar la aparición de arrugas. En otras funciones beneficiosas para el organismo se encuentran bajar los nivles de presión arterial ya que relaja los vasos sanguíneos y mejora la circulación.

Si realizamos la comparación con los tres tés de mayor consumo, podemos concluir que cada uno de los ellos posee compuetos bioactivos específicos siendo efectivos para prevenir enfermedades y como parte del tratamiento de algunas patologías, por ejemplo el té negro por su composición tiene alta evidencia científica que mejora la salud del corazón, al contrario del té blanco muy buen antioxidante para la salud de la piel, el té verde reduce el estrés y favorece la pérdida de peso.

Lo magnífico del té es que contiene cero calorías y ninguna cantidad de azúcar sino se añade a la preparación, por todos sus beneficios toma un momento del día para disfrutar de una taza de té que te devuelva el equilibrio.

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *