• La insuficiencia cardíaca tiene una prevalencia entre 1 y 2% en la población adulta, y puede alcanzar hasta un 10% en personas mayores.  
  • Se ha observado que entre el 6.1% y el 12.6% de los pacientes hospitalizados en Quito tienen insuficiencia cardíaca, dependiendo de la unidad hospitalaria3.  
  • La mortalidad por insuficiencia cardíaca en Ecuador es alta, superando a varias enfermedades cardiovasculares y oncológicas[1].  

Cada año, se busca visibilizar una enfermedad que avanza silenciosamente, y tiene un impacto significativo en la calidad de vida de millones de personas. Esta afección, que compromete la capacidad del corazón para bombear sangre de forma eficiente, no solo afecta la salud física del paciente, sino también su bienestar emocional y funcional. Reconocer sus síntomas, comprender sus causas y acceder a un diagnóstico oportuno puede marcar una diferencia sustancial en el pronóstico.

¿Qué es la insuficiencia cardíaca?

El corazón, órgano vital del sistema circulatorio, actúa como una bomba que impulsa sangre rica en oxígeno hacia todos los órganos del cuerpo. La insuficiencia cardíaca ocurre cuando esta función se ve disminuida, ya sea por debilidad, rigidez o daño previo del músculo cardíaco. Aunque el nombre podría sugerir un paro cardíaco, esta condición no implica que el corazón se detenga, sino que su desempeño se ve comprometido2. Puede manifestarse de forma súbita o progresiva, y en la mayoría de los casos, se trata de una enfermedad crónica que requiere seguimiento médico continuo.

Panorama global y local

A nivel mundial, más de 64 millones de personas viven con insuficiencia cardíaca, lo que la convierte en una de las principales causas de hospitalización5. En Ecuador, aproximadamente el 14% de la población presenta alguna enfermedad cardíaca, incluyendo hipertensión, infarto al miocardio, fibrilación auricular e insuficiencia cardíaca. De esta cifra, más de 199.000 personas viven con insuficiencia cardíaca sin contar con un diagnóstico o tratamiento adecuado3.

Estudios realizados en Quito revelan que entre el 6,1% y el 12,6% de los pacientes hospitalizados presentan esta condición, dependiendo de la unidad hospitalaria evaluada. Asimismo, la mortalidad por insuficiencia cardíaca en el país supera a la registrada por otras enfermedades cardiovasculares e incluso oncológicas, lo que resalta la urgencia de fortalecer los esfuerzos en prevención, diagnóstico temprano y tratamiento integral3.

Síntomas y señales de alerta4

Los síntomas más comunes incluyen:

  • Dificultad para respirar al realizar actividad física o al acostarse
  • Tos persistente o sibilancias
  • Fatiga o debilidad generalizada
  • Retención de líquidos, con hinchazón en piernas, tobillos o abdomen
  • Disminución de la capacidad para realizar esfuerzos físicos

Además, existen otros signos que pueden advertir sobre un deterioro en la función cardíaca:

  • Latidos cardíacos rápidos o irregulares
  • Necesidad frecuente de orinar durante la noche
  • Aumento repentino de peso
  • Pérdida de apetito, náuseas
  • Mareos, confusión o desmayos
  • Dolor en el pecho, especialmente si la insuficiencia es causada por un infarto

Detectar estas señales de forma temprana es fundamental para evitar complicaciones graves como arritmias, accidentes cerebrovasculares e incluso la muerte.

Prevención: una herramienta clave

La insuficiencia cardíaca es una condición multifactorial que, en muchos casos, puede prevenirse mediante el control adecuado de enfermedades subyacentes como la hipertensión arterial, la diabetes, la cardiopatía coronaria y la obesidad. Adoptar un estilo de vida saludable es esencial para reducir los factores de riesgo4.

Entre las recomendaciones más efectivas se incluyen:

  • Evitar el consumo de tabaco
  • Mantener bajo control la presión arterial y los niveles de glucosa
  • Realizar actividad física de forma regular
  • Seguir una alimentación balanceada
  • Controlar el peso corporal
  • Manejar el estrés de manera efectiva

“El cuidado del corazón comienza con decisiones cotidianas: alimentarse saludablemente, mantenerse activo, controlar la presión arterial y acudir al médico ante cualquier síntoma. La salud cardíaca está en nuestras manos, y actuar a tiempo puede marcar la diferencia”, señala el Dr. Edwin Bucheli, Director Médico de Boehringer Ingelheim para Ecuador y Perú.

El compromiso de Boehringer Ingelheim

Boehringer Ingelheim mantiene su compromiso con la salud cardiovascular a través del desarrollo de soluciones terapéuticas innovadoras, programas de educación médica y esfuerzos de concienciación dirigidos tanto a profesionales de la salud como a la comunidad. Su enfoque se basa en una atención preventiva, centrada en el paciente y orientada a reducir el impacto de enfermedades como la insuficiencia cardíaca.

La compañía hace un llamado a reforzar la educación, la prevención y el diagnóstico temprano. Cuidar el corazón es una responsabilidad compartida, y es posible mejorar la calidad de vida de quienes viven con esta enfermedad cuando se cuenta con información, acceso a tratamiento y acompañamiento médico oportuno.

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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