En un mundo donde la percepción lo es todo, las marcas enfrentan el reto de mantener una reputación sólida y coherente. Para Marcela Becerra, gerente de PRnews y profesional con 16 años de experiencia en comunicación corporativa, la reputación “no se gana de la noche a la mañana ni se sostiene solo con campañas publicitarias; se construye con acciones consistentes, honestas y sostenibles en el tiempo”.

Uno de los pilares fundamentales, asegura, es la coherencia entre lo que la empresa comunica y lo que realmente hace. “Los públicos esperan autenticidad. Si un mensaje no está respaldado por hechos, tarde o temprano se rompe la confianza”, enfatiza Becerra.

Además, subraya que el cumplimiento de promesas es esencial: “La reputación se fortalece cada vez que una empresa entrega lo que promete, ya sea un producto de calidad, un servicio oportuno o un compromiso con su gente y la comunidad”.

La importancia de estar preparados ante situaciones adversas es clave. “Una gestión de crisis ágil y transparente puede marcar la diferencia entre el desgaste de una marca o el fortalecimiento de su credibilidad. La clave está en actuar con empatía, responsabilidad y rapidez”, señala.

Por otro lado, el rol de los colaboradores como embajadores es fundamental, ya que, la reputación empieza adentro. Si los equipos creen en la cultura de la organización y se sienten parte de ella, transmitirán confianza y compromiso hacia afuera.

En cuanto a la gestión de relaciones públicas es, sin duda, una herramienta estratégica para cuidar y proyectar la reputación de una marca. Según Becerra, “las relaciones públicas permiten construir un puente entre la empresa y sus públicos de interés, fortaleciendo la confianza a través de mensajes claros, consistentes y de valor”. En un entorno donde la información circula a gran velocidad, contar con una comunicación bien planificada ayuda a posicionar a la marca como referente en su sector y a generar credibilidad frente a clientes, aliados y medios de comunicación.

Asimismo, la comunicación no debe limitarse a reaccionar, sino a anticipar escenarios y tendencias.  De ahí que, las relaciones públicas efectivas no solo responden a una crisis o difunden logros; también construyen reputación proactivamente, impulsando narrativas que conecten con la sociedad y refuercen el propósito de la organización, Para lograr la diferencia está en cómo la marca logra ser parte de la conversación pública de manera genuina, aportando valor y demostrando compromiso más allá del negocio.

Finalmente, Becerra recuerda que la reputación también depende de la capacidad de las marcas de adaptarse e innova; “El mercado cambia, la sociedad evoluciona, y las marcas que se quedan quietas corren el riesgo de perder relevancia. La reputación es dinámica, y exige escuchar, aprender y transformar constantemente”.

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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