La piel en la infancia y adolescencia es más sensible y vulnerable a los efectos nocivos del sol. La Skin Cancer Foundation señala que alrededor del 80% del daño solar acumulado en la piel ocurre antes de los 18 años, lo que convierte a estas etapas en momentos críticos para crear conciencia y establecer hábitos de fotoprotección.

Con el regreso a clases, miles de niños y adolescentes en todo el país retoman sus actividades escolares, muchas de las cuales se desarrollan al aire libre durante recreos, clases de educación física y el trayecto hacia la institución. En este contexto, es clave recordar que el cuidado de la piel no es solo un tema estético, sino una medida esencial de salud pública, especialmente en un país como Ecuador, donde los niveles de radiación ultravioleta (UV) se encuentran entre los más altos del mundo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que las quemaduras solares en la infancia y adolescencia incrementan considerablemente el riesgo de desarrollar melanoma, el tipo más agresivo de cáncer de piel, en la edad adulta.

“En Ecuador, proteger la piel desde la niñez es una necesidad de salud pública. La exposición diaria al sol, incluso en días nublados, puede generar daños irreversibles si no se toman medidas adecuadas. El protector solar debe ser parte de la rutina escolar, al igual que el uniforme o la mochila”, afirma la dermatóloga María José Núñez.

La recomendación principal es que los menores salgan de casa cada mañana con una aplicación adecuada de protector solar de amplio espectro con FPS 50+ se puede considerar los que son para niños como Umbrella Kits, idealmente aplicado por un adulto al menos 20 minutos antes de la exposición al sol. Si bien lo ideal sería reaplicar cada 2 a 3 horas, se reconoce que esto no siempre es posible durante la jornada escolar, por lo que es fundamental complementar con medidas de protección física: uso de gorras o sombreros, gafas con filtro UV, ropa ligera de manga larga y preferencia por zonas de sombra durante los recreos o actividades al aire libre.

En casa, se debe reforzar el hábito del cuidado de la piel, explicando a los niños de forma sencilla por qué es importante protegerse del sol todos los días, incluso cuando el cielo está nublado. Además, se recomienda fomentar una buena hidratación, que contribuye a mantener la piel saludable y más resistente a las agresiones externas.

La fotoprotección es una responsabilidad. Integrarla como parte del día a día escolar y familiar es una forma de enseñar a las nuevas generaciones que el autocuidado también se aprende, y que la salud de la piel debe cuidarse desde los primeros años de vida.

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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