En la medicina veterinaria moderna, el acceso a equipos de diagnóstico avanzados es clave para detectar enfermedades con precisión. Sin embargo, cada vez más expertos coinciden en que el verdadero diferencial no está solo en la tecnología, sino en la forma en que se acompaña al animal y a su familia durante el proceso.
En Quito, la clínica veterinaria Perros&Gatos resalta que un diagnóstico exitoso no se mide únicamente por una ecografía o un análisis de laboratorio, sino también por la confianza que se genera con el tutor y la capacidad de escuchar las señales —muchas veces silenciosas— que muestran las mascotas.
“El diagnóstico es ciencia, pero también sensibilidad. Una familia que entiende lo que está pasando con su mascota, y que siente que el médico veterinario le acompaña en el proceso, afronta mejor las decisiones y tratamientos”, explica el Dr. [Nombre], vocero de la clínica con más de 20 años de experiencia.
La otra cara del diagnóstico: la empatía
De acuerdo con la Federación Iberoamericana de Asociaciones Veterinarias de Animales de Compañía (FIAVAC), una de las principales razones por las que los tutores interrumpen tratamientos médicos en sus mascotas es la falta de claridad en la comunicación con el veterinario. Esto evidencia que la empatía no es un complemento, sino un factor determinante en el éxito terapéutico.
En este sentido, Perros&Gatos enfatiza que cada consulta diagnóstica implica un diálogo transparente con el tutor, donde se resuelven dudas, se explican riesgos y alternativas, y sobre todo, se acompaña emocionalmente a la familia en un momento de ansiedad y preocupación.
Un mensaje para los tutores
Los especialistas recomiendan que los tutores busquen siempre profesionales que no solo cuenten con tecnología de punta, sino que también transmitan confianza y cercanía. Una buena práctica es observar si el veterinario se toma el tiempo de explicar los resultados y escuchar las inquietudes de la familia.
“Las mascotas no pueden hablar, y muchas veces el dolor o la enfermedad no es evidente. Por eso, la relación de confianza con el veterinario es tan importante: es la voz que traduce lo que el animal no puede decir”, añade el Dr. [Nombre].
Un cambio de mirada en la salud animal
En un país donde hablar de innovación veterinaria suele centrarse en máquinas y procedimientos, esta propuesta abre un debate más humano: cómo el diagnóstico puede
convertirse en un acto de empatía y acompañamiento, tanto para el animal como para la familia que lo cuida.