Por mucho tiempo se ha considerado que la salud física es primordial en la vida de las personas, y lo es pero, poco se ha hablado de lo importante que es tener una buena salud mental. Si una persona no se encuentra sana físicamente puede traerle varias dificultades en su diario vivir, asimismo sucede cuando alguien no se encuentra bien mentalmente.

La salud mental es un tema que, con el tiempo ha ido tomando la importancia que merece, al tratarse de una parte de la salud de nuestro organismo global que, influye tanto en la en la parte psicológica emocional como en la fisiológica. El cerebro es el encargado de hacer que nuestro cuerpo funcione de una manera determinada, si tenemos un equilibrio en la mente, nuestra salud física y psíquica también estará más estabilizada. No obstante, si la salud mental se encuentra desestabilizada, va a tener una directa consecuencia en nuestro cuerpo.

Se podría decir que la salud mental es nuestro motor, pues sin ella no tendríamos nada, los efectos conllevan a la incapacidad de llevar una vida activa; estaríamos envueltos en comportamientos disfuncionales, en cuanto a nuestros hábitos estarían afectados como la alimentación o sueño. No podríamos trabajar adecuadamente ni relacionarnos de una manera sana.

La mala salud mental puede resultar en el aumento del riesgo de enfermedades físicas como trastornos del aparato digestivo o circulatorio, del sistema térmico de la piel y muchos trastornos autoinmunes que pueden, inclusive, acelerarse.

Es normal que en la vida existan altibajos, sin embargo, debemos aprender a identificar las señales que nos indiquen cuando nuestra salud mental está siendo afectada de una manera significativa. Los cuadros del estado de ánimo que están relacionados con la depresión, el estrés, la ansiedad, suelen ser los primeros en manifestarse. Consecuentemente, estos cuadros de ansiedad o tristeza empiezan a perpetuarse de manera más elevada en el tiempo, puede ser en cuestión de semanas.

María Pilar Berzosa, profesora de UNIR y psicóloga clínica, considera que “debemos empezar a plantearnos cuando algo no está funcionando bien, por ejemplo; que notemos que estamos más apáticos a la hora de hacer las cosas. Que no queremos relacionarnos con los demás, que vemos una parte negativa hacia todo. O que cada cosa que afrontamos lo hacemos desde una ansiedad elevada, interrumpir el sueño de manera insana, o el hecho de estar más irascibles, todos estos son signos que reflejan un irregular funcionamiento. Este es el momento oportuno de preguntar a un experto en la materia, como un psicólogo clínico o sanitario, y de esta manera tomar medidas en beneficio de nuestro bienestar emocional.”

Son varias los acontecimientos que pueden conllevar a una persona a desestabilizar su salud mental como respuesta a una situación de alto estrés que la dejan vulnerable, por ejemplo, el fallecimiento de un ser querido, haber sido víctima de un asalto, o inclusive, la pandemia ha causado un gran impacto en el bienestar emocional de las personas. Hay otros factores que potencian el riesgo de llegar a un cuadro ansioso depresivo, afectando la salud mental de las personas, como por ejemplo, las personas que tienen tendencia a sobrepensar o engancharse con los malos pensamientos, agrega Berzosa

Es importante comenzar a cuidar de la salud mental desde una edad corta, en familia, con pequeñas acciones como: hablar de emociones y demostrarlas, generar un ambiente de protección y seguridad emocional y desde casa visibilizar la necesidad afectiva, y de esta manera los niños y niñas tengan una buena base de expresión socio-emocional que les beneficiará a la resolución de problemas.

Podemos considerar el cuidado de la salud mental como una responsabilidad personal, pero también colectiva, entonces, ¿cómo ayudar a una persona que no se encuentra bien mentalmente? Es importante la observación de su comportamiento, acompañarla el mayor tiempo posible, validar las emociones de la persona y animarla a conseguir ayuda psicológica.

Berzosa afirma que existen medidas generalizadas o naturales que mejoran la buena salud mental como son: tener una correcta alimentación, dormir las horas suficientes para tener un sueño reparador, hacer deporte o actividades que sean agradables pero saludables. Estas actividades facilitan el manejo emocional que, inclusive, ayudan a prevenir enfermedades psicológicas. Es importante recalcar que la ayuda psicológica es fundamental en el proceso para obtener un saludable estado mental.

Se debe considerar los factores que se derivan para poder ser tratados a tiempo y detectar las señales prematuras que no generen repercusiones posteriores a las personas que no tienen un rango de edad y que es otro factor a considerar. Es por esto que se conmemora el 10 de octubre como el Día Mundial de la Salud Mental para recordar lo importante que es cuidar de lo que sentimos y pensamos.

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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