• La trombosis venosa profunda afecta a 1 de cada 10,000 adultos jóvenes y a 1 de cada 100 adultos mayores de 65 años.
Sentir dolor en las piernas es muy común cuando se culmina una actividad física o al tener las extremidades en una misma posición durante un tiempo prolongado. Sin embargo, si este malestar es recurrente se debe acudir al médico para prevenir enfermedades severas.
Una de esas enfermedades puede ser la trombosis venosa profunda, una patología que se desarrolla al formar coágulos de sangre en una o más venas del cuerpo por la falta de movimiento, generalmente estas masas sanguíneas aparecen primero en las piernas.
En el Ecuador la incidencia de la trombosis venosa profunda es del 76% en pacientes hospitalarios mayores de 50 años, con una alta tasa de mortalidad, según estudios de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil. Sin embargo, esta enfermedad puede afectar a jóvenes, como es el caso de la artista ecuatoriana Pamela Cortés, quién tuvo que ser operada en su pierna derecha por una trombosis venosa profunda, al mismo tiempo que tuvo que ser tratada por una embolia pulmonar.
“Es importante tener un diagnóstico oportuno y tratar a tiempo esta enfermedad, ya que al no ser tratado adecuadamente da paso a complicaciones más graves como la embolia pulmonar que, junto a la trombosis venosa profunda, son una de las causas más frecuentes de muerte cardiovascular en el mundo, sin embargo, es prevenible en medio hospitalario mediante la tromboprofilaxis mecánica y una interacción medicamentosa.”, comenta la Dra. Melissa González, especialista en cirugía cardiovascular.
Usualmente los primeros síntomas de esta enfermedad son: dolor recurrente, inflamación o hinchazón, sensación de calor o cambio de color de la piel de la pierna, como rojo o morado, pero también puede ocurrir sin síntomas debido a que está relacionado a otras patologías como la obesidad, enfermedades cardiacas, problemas pulmonares o cáncer.
Cualquier persona puede padecer esta enfermedad, pero estudios de Miami Cardiac & Vascular Institute han identificado factores de riesgo asociados que aumentan la probabilidad de contraer la enfermedad, como es el caso de las personas con antecedentes familiares, aquellas que cuentan con predisposición genética a una mayor coagulación de la sangre, por una enfermedad neurológica, problemas respiratorios o el sedentarismo.
La Dra. González recomienda realizar ciertas actividades para evitar la aparición de coágulos en el cuerpo, principalmente cambiar los hábitos que acarreen al sedentarismo, fomentando los ejercicios físicos moderados que permitan la estimulación del óptimo funcionamiento del sistema circulatorio y vascular, evitando la deshidratación y manteniendo una alimentación equilibrada.