Por: Ab. José Manuel Portugal. Director de Derecho UIDE Guayaquil
El derecho laboral en Ecuador ha experimentado cambios significativos a lo largo de los años, y con el nuevo gobierno, se espera que haya reformas importantes en este ámbito, ante la necesidad inminente de mejorar las actuales cifras de desempleo y subempleo.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), para el primer trimestre de 2025, Ecuador registra una tasa de desempleo del 4,1%. Sin embargo, el subempleo bordea el 20,5%, reflejando una realidad preocupante donde cientos de ecuatorianos no cuentan con un empleo formal, seguro ni con beneficios laborales plenos. Guayaquil, como principal polo económico del país, también enfrenta esta problemática: aunque presenta mayor dinamismo comercial e industrial, esto no ha significado una mejora sustancial en la calidad del empleo. Por el contrario, la informalidad, la precarización de condiciones laborales, la rotación constante y la falta de acceso a seguridad social continúan afectando especialmente a los jóvenes y mujeres.
Fortalecimiento de la Unidades Judiciales Laborales
Frente a este panorama, se vuelve prioritario el análisis de reformas que busquen fortalecer las Unidades Judiciales Laborales, con el objetivo de agilizar los procesos y garantizar un pleno respeto de los derechos de los trabajadores. Esto podría incluir la implementación de nuevas tecnologías que mejoren la eficiencia y la transparencia en la administración de justicia laboral, la cual actualmente padece de demoras excesivas que obstaculizan el acceso a una tutela efectiva.
Las reformas también deben colocar en el centro la protección de los derechos fundamentales de los trabajadores. El derecho a un salario mínimo justo y digno, la igualdad de oportunidades y trato, la seguridad y salud ocupacional, la libertad sindical y la negociación colectiva deben formar parte del debate público que aborde las necesidades laborales actuales. Estos derechos no deben considerarse privilegios, sino pilares esenciales para un desarrollo económico equilibrado y sostenible.
La reforma laboral que se vislumbra en el horizonte tiene como objetivo enfrentar los desafíos económicos y sociales del país. Entre los temas más urgentes y, a la vez, más debatidos, se encuentran la flexibilización laboral, la promoción del empleo juvenil y la protección de los derechos laborales en el contexto de la economía digital. También se analiza la necesidad de adaptar el marco legal a nuevas formas de trabajo que han surgido con fuerza en los últimos años, como los empleos por plataformas digitales y el trabajo remoto.
El crecimiento del sistema laboral ecuatoriano
Pese a los desafíos, también existen oportunidades claras para innovar y fortalecer el sistema laboral ecuatoriano. La incorporación de herramientas digitales que optimicen la justicia laboral, el impulso a la capacitación continua tanto de trabajadores como de empleadores, y la posibilidad de introducir cambios progresivos o estructurales en el esquema laboral tradicional podrían mejorar la productividad, la competitividad y, sobre todo, la calidad de vida de los ecuatorianos.
La situación económica actual, marcada por un crecimiento limitado, un mercado laboral fragmentado y una presión social en aumento, exige un debate serio y técnico sobre posibles ajustes en la legislación laboral. En este momento histórico, Ecuador necesita repensar su estructura laboral para construir un modelo más justo, moderno e inclusivo. Todo parece indicar que una reforma laboral es inevitable y que su éxito dependerá del equilibrio entre la protección de derechos y la dinamización de la economía.