Llegar a la tercera edad con calidad de vida es uno de los grandes retos  de la sociedad. Caminar con seguridad, compartir una conversación, seguir el ritmo de una película o participar de una reunión familiar son situaciones cotidianas que muchas veces se dan  por sentadas. Pero para millones de personas mayores, oír bien puede ser la diferencia entre vivir plenamente o enfrentar un aislamiento silencioso.

[1]Según GAES, la pérdida de audición no solo es una condición común en la tercera edad, sino que también tiene consecuencias directas en la salud emocional, cognitiva y social de quienes la padecen.

[2]Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 3 personas mayores de 65 años tiene algún grado de pérdida auditiva. Esta condición, cuando no se detecta y trata a tiempo, puede afectar el equilibrio, aumentar el riesgo de caídas, reducir la autonomía y convertirse en un factor de aislamiento, tristeza o desorientación. [3]Además, la pérdida auditiva figura entre las principales causas globales de años vividos con discapacidad.

“La audición no es solo un sentido, es una puerta a la conexión con el mundo. Cuando esta se va cerrando sin darnos cuenta, también disminuyen las oportunidades de interacción, movimiento y bienestar”, explica Ariana Araujo, especialista de GAES.

¿Por qué es clave para envejecer con autonomía?

  • Escuchar bien en la tercera edad no es solo una cuestión sensorial, sino una herramienta vital para conservar la independencia  y calidad de vida. [4]Según diversos estudios, las personas mayores con pérdida auditiva no tratada tienen hasta cinco veces más probabilidades de desarrollar demencia y tres veces más riesgo de sufrir caídas, en comparación con quienes mantienen una audición saludable. Esto se debe a que oír bien ayuda a orientarse, mantener el equilibrio y reaccionar ante señales del entorno.
  • Además este impacto físico,  afecta directamente la salud emocional. [5]Se ha demostrado que más del 50 % de los adultos mayores con pérdida auditiva moderada o severa manifiestan síntomas de ansiedad o depresión. Esta situación puede deberse a la frustración de no entender conversaciones, perder autonomía o sentirse desplazados. Por el contrario, quienes acceden a soluciones auditivas reportan mejoras en su autoestima, confianza y vínculos sociales.
  • A nivel social,[6]Se ha observado que las personas mayores con pérdida auditiva no tratada tienen hasta un 28 % más de riesgo de aislamiento. La dificultad para seguir conversaciones hace que muchos eviten reuniones o prefieran permanecer en silencio, lo que reduce su participación en actividades familiares o comunitarias y debilita sus lazos emocionales. Con el tiempo, esta desconexión puede afectar su bienestar emocional y su sentido de pertenencia.

La especialista de GAES destaca algunas acciones clave para  prevenir o reducir este impacto de la  en las personas mayores:

  • Controlar los niveles de volumen en casa: Evitar que el televisor, la radio o el celular a volúmenes excesivos por periodos prolongados. Estas prácticas pueden agravar la fatiga auditiva o acelerar el deterioro, especialmente cuando se realizan de forma continua y sin supervisión.
  • Realizar chequeos auditivos anuales: A partir de los 60 años, se recomienda acudir al menos una vez al año a una evaluación especializada. Detectar cambios tempranos permite tomar medidas antes de que se conviertan en barreras para la comunicación o el bienestar. Los centros GAES ofrecen este servicio de forma gratuita en distintas ciudades del país.
  • Brindar acompañamiento emocional: Incluirlos activamente en las conversaciones y mostrar paciencia al hablar puede marcar una gran diferencia en su autoestima y sensación de pertenencia, mostrando interés genuino por lo que quieren comunicar, incluso si necesitan repetirlo varias veces, ayuda a que se sientan valorados y comprendidos.

Aunque el envejecimiento es un proceso natural, sus efectos no deben normalizarse sin acompañamiento. Prestar atención a los primeros signos, hablar del tema en familia y buscar apoyo especializado puede marcar una diferencia profunda en el bienestar de estas personas. Proteger  su audición es cuidar su derecho a seguir plenamente presentes.

[1]https://www.gaesmedica.com/es-es/fragilidad-presbiacusia/consecuencias-no-auditivas-asociadas-presbiacusia-trastornos-equilibrio/deterioro-cognitivo

[2] https://apps.who.int/gb/ebwha/pdf_files/WHA70/A70_34-en.pdf

[3]  https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(21)00516-X/fulltext

[4] https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0167494323001875

[5] https://www.frontiersin.org/journals/epidemiology/articles/10.3389/fepid.2022.980476/

[6] https://bmcpublichealth.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12889-024-17730-8

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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