- Según la Encuesta Nacional sobre Desnutrición Infantil (ENDI) 2023 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) el 20,1% de los niños menores de 2 años sufren de desnutrición crónica infantil.
- Según UNICEF, en zonas rurales e indígenas, la prevalencia alcanza hasta el 30%.
La alimentación en los primeros meses de vida despierta muchas preguntas y emociones en madres, padres y cuidadores. Aunque la lactancia materna sigue siendo la recomendación principal de organismos como la OMS y UNICEF por sus beneficios nutricionales e inmunológicos, en la práctica no siempre es posible mantenerla de forma exclusiva. En estos casos, las fórmulas infantiles representan una alternativa segura, valiosa, científicamente validada y vital para garantizar una nutrición adecuada.
A pesar de su necesidad, las fórmulas aún están rodeadas de mitos que generan culpa y desinformación. Uno de los más comunes es que “la fórmula es perjudicial para el bebé”. En realidad, aunque las fórmulas infantiles nacieron imperfectas para las necesidades reales del niño, estas han sido rediseñadas en el pasar del tiempo para imitar lo más fielmente posible a la leche materna, cumplen normas internacionales estrictas y se actualizan constantemente con base en evidencia científica.
Otro mito frecuente afirma que “si no amamantas, tu hijo tendrá menos defensas”, y aunque la leche materna contiene anticuerpos naturales, muchas fórmulas modernas incluyen DHA, ARA, prebióticos, probióticos y otros nutrientes funcionales que favorecen el desarrollo neurológico, inmunológico y digestivo.
También se cree que “la fórmula crea dependencia o hace que el bebé rechace el pecho”, pero con el acompañamiento adecuado, y las técnicas correctas, la lactancia mixta es perfectamente viable y saludable, tanto para la madre como para el bebé.
Más allá de ser un simple reemplazo, la fórmula infantil cumple un rol fundamental en salud pública, es esencial cuando la lactancia no es posible por razones médicas como VIH o tratamientos oncológicos, ausencia materna o desnutrición. Además, existen fórmulas específicas para necesidades clínicas como alergias, intolerancias o prematuridad.
Para las madres trabajadoras, la fórmula es una herramienta que permite continuar alimentando y conectando con sus hijos sin afectar su desarrollo. También es una opción valiosa cuando la presión por amamantar genera ansiedad o depresión postparto. En estos casos, elegir fórmula no es una renuncia, sino una decisión amorosa y responsable.
Según la Doctora Paola Ramos, médico pediatra y vocero de Megalabs: “Es hora de dejar de juzgar y comenzar a acompañar. La nutrición infantil no debe ser una fuente de culpa, sino un acto de amor bien informado. Nuestro rol como profesionales de la salud es brindar soluciones reales para familias reales.” Cada bebé es único, cada madre es única y cada camino de alimentación debe estar guiado por la ciencia, la empatía y el acompañamiento profesional.