- En Imbabura, donde la desnutrición crónica infantil (DCI) afecta al 18,5 % de niñas y niños menores de 5 años, la malnutrición en la escuela no solo significa un plato vacío o mal equilibrado, también se traduce en cansancio, enfermedades gastrointestinales, falta de concentración y dificultades de aprendizaje para las y los infantes.
- El programa Wawa Imbabura atiende la malnutrición infantil, causada por DCI, sobrepeso y deficiencia de micronutrientes. Un estudiante que no recibe los nutrientes que necesita puede tener menor estatura, más enfermedades y menos energía para jugar o atender en clase.
- Una alimentación variada y suficiente en estos años marca la diferencia, facilita el crecimiento y el desarrollo mental, en consecuencia, el acceso a más y mejores oportunidades académicas y de desarrollo personal.
Warmi Imbabura, de la Prefectura Ciudadana de Imbabura, ha puesto en marcha un proyecto innovador para combatir este problema. Bajo el liderazgo de la Viceprefecta Paolina Vercoutere Quinche, nace el proyecto Wawa Imbabura, que une nutrición escolar, soberanía alimentaria, derechos humanos y prevención de la violencia de género con pertinencia cultural.
La entrega de alimentos inició en la segunda semana de septiembre y se extenderá durante todo el año lectivo, garantizando continuidad y estabilidad alimentaria para la niñez imbabureña. Actualmente, el proyecto llega a 2.668 estudiantes de 34 unidades educativas rurales, con una inversión de 346.412,32 dólares.
De esas 34 escuelas, 23 se encuentran en territorios indígenas, donde confluyen pueblos y nacionalidades Kichwas Cotacachi, Otavalo, Karanki, Natabuela, Kayambi y la nacionalidad Awá. Además, tres unidades educativas pertenecen al pueblo afrodescendiente y ocho se ubican en comunidades campesinas. Estas instituciones están dispersas entre los 10 y 50 kilómetros de distancia de los centros urbanos de los seis cantones de la Provincia, lo que resalta el esfuerzo logístico, operativo y técnico del programa en clave plurinacional.
Los alimentos que se entregan son variados y complementarios, pensados para aportar equilibrio en la dieta y favorecer el crecimiento y desarrollo integral de las y los estudiantes. Pero el programa Wawa Imbabura no se queda en la alimentación. Se enlaza con la Escuela Warmi Conoce tus Derechos, donde madres, padres y docentes se capacitan en prevención de violencia de género, a través de los talleres de Crianza Positiva, porque entendemos que crecer sano no depende solo de lo que se sirve en la mesa, sino también del cuidado, el afecto y la protección contra la violencia.
Además, el programa Wawa Imbabura incorpora un enfoque de género y reconoce la economía del cuidado, porque hemos detectado que son mayoritariamente mujeres quienes sostienen la alimentación y el cuidado en las comunidades rurales, enfrentando jornadas no remuneradas e invisibilizadas.
Pero también, por primera vez, la compra de productos alimenticios se realizó a través de una feria inclusiva, un mecanismo de compras públicas que permite la participación de pequeños productores locales, lo que significa incluir la riqueza agroalimentaria de Imbabura. Así, los recursos públicos no solo alimentan a la niñez, también dinamizan la economía local y fortalecen la soberanía alimentaria.
“Wawa Imbabura no solo combate la desnutrición, también dignifica el trabajo de las mujeres y reconoce el valor de la economía del cuidado”, manifestó la Viceprefecta.
Esta experiencia, pionera en el país, muestra cómo la voluntad política puede transformar un problema estructural en la agenda pública e institucional; cómo enfrentar la desnutrición infantil mientras se construyen territorios más justos, diversos y equitativos.