•  “La convergencia entre audio, video y streaming consolida un modelo omnicanal que marcará el ritmo de la industria durante la próxima década”, afirma Chema Lamirán, director del Máster en Marketing Digital de la Universidad Europea.
  • Las plataformas buscan captar y retener audiencias diversificando formatos en un entorno cada vez más fragmentado.

.- Las colaboraciones estratégicas entre grandes empresas del sector audiovisual no solo representan un cambio en la oferta de contenido, sino que están rediseñando las dinámicas de la industria del entretenimiento digital. Este tipo de alianzas responde a una tendencia que “apuesta por la convergencia de formatos y plataformas, con impactos directos en la competitividad, la economía del creador y el comportamiento del usuario final”, explica el director del Máster en Marketing Digital de la Universidad Europea, Chema Lamirán.

En un mercado saturado, los consumidores demandan contenidos adaptables a múltiples entornos y pantallas. La integración de formatos, como el podcast en video, no solo amplía el catálogo de las plataformas, sino que redefine las reglas del juego competitivo. Según Chema Lamirán “estas iniciativas no deben entenderse sólo como movimientos tácticos, sino como una transformación estructural hacia un modelo omnicanal donde los límites entre audio, video y streaming desaparecen”.

El impacto más evidente de este tipo de alianzas es la redistribución del mapa competitivo. Las plataformas de streaming, tradicionalmente centradas en series y películas, “ahora buscan expandirse al ámbito de los contenidos conversacionales, un terreno dominado durante años por formatos de video online”. Al mismo tiempo, estas colaboraciones permiten a empresas especializadas en audio, como Spotify, “ganar presencia en el ecosistema audiovisual, ampliando la visibilidad y el alcance de sus creadores”. En este contexto, los grandes actores del sector podrían explorar nuevas estrategias y formatos que les permitan reforzar su posición en áreas emergentes como los eventos deportivos y el contenido en vivo, que prometen ser los próximos grandes protagonistas de la industria, añade.

Pero este cambio no solo afecta a las plataformas; también transforma la economía del creador. Para los podcasters, acceder a una audiencia global a través de plataformas como Netflix abre nuevas oportunidades de monetización, desde acuerdos de producción hasta mayores ingresos publicitarios. Sin embargo, también impone mayores demandas técnicas y narrativas. “Estamos viendo cómo el creador de contenido pasa de ser una figura independiente para posicionarse como una pieza clave en un ecosistema industrializado. Esto aumenta las oportunidades, pero también los desafíos”, asegura el experto de la Universidad Europea.

En términos de modelo de ingresos, la diversificación será clave. Las plataformas probablemente adopten esquemas híbridos que combinen licencias de contenido, integraciones publicitarias y paquetes conjuntos. Esta estrategia no solo garantiza la sostenibilidad económica, sino que permite mayor flexibilidad para adaptarse a las demandas de los usuarios. “El gran reto será equilibrar los ingresos adicionales generados por la publicidad y las licencias sin comprometer la experiencia del usuario ni el valor percibido de las suscripciones”, detalla el docente.

El usuario final también juega un papel central en esta transformación. Las palancas de adopción más fuertes para este tipo de contenidos incluyen la facilidad de descubrimiento, la personalización algorítmica y el atractivo del contenido localizado, con subtítulos o doblaje. “La clave del éxito estará en crear una experiencia fluida y accesible, donde los usuarios descubran el contenido naturalmente sin sentir que se les está imponiendo”, afirma Lamirán.

No obstante, estas transformaciones traen consigo riesgos significativos. Entre ellos, destaca el peligro de canibalizar la base de tiempo de los usuarios, desviando la atención de los contenidos premium hacia formatos más económicos como los podcasts. A esto se suma la posible falta de transparencia en los datos de visualización, un elemento crucial para los creadores. “Una métrica clave a vigilar será el churn, o tasa de cancelación de suscripciones, ya que este indicador reflejará si la diversificación de formatos realmente agrega valor para el usuario”, añade el especialista.

La convergencia de formatos y plataformas como la impulsada por alianzas entre Netflix y Spotify, de momento en EEUU, no es una tendencia pasajera; es un replanteamiento profundo del ecosistema digital. “Estamos asistiendo al nacimiento de un modelo omnicanal que afecta no solo a cómo se distribuye el contenido, sino también a cómo se crea, se monetiza y se consume”, concluye Chema Lamirán. Más allá de los nombres de las empresas involucradas, el impacto de estas iniciativas marcará el rumbo de la industria, desde el comportamiento del creador hasta las expectativas del usuario final.

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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