Diciembre es una de las épocas del año con mayor movilidad en las carreteras del país. Celebraciones, viajes familiares, compras de último minuto y compromisos laborales generan un notable aumento de desplazamientos, muchas veces bajo condiciones físicas y emocionales adversas. El cansancio acumulado, las jornadas extensas y el consumo de alcohol —frecuente en reuniones sociales— se combinan con tráfico elevado, estrés y decisiones impulsivas al volante.
Esta “tormenta perfecta” de factores pone en riesgo no solo la integridad de los conductores, sino también la de peatones, pasajeros y otros usuarios de la vía. La conducción responsable y la correcta planificación de los desplazamientos son indispensables para evitar accidentes que, en muchos casos, pueden tener consecuencias irreversibles.
Riesgos incrementados en diciembre: una triple amenaza
Los datos oficiales confirman lo que el sentido común ya anticipa: esta época del año conlleva un incremento en la siniestralidad vial. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), solo en el primer trimestre de 2025 se registraron 4.759 siniestros de tránsito, 565 fallecidos y más de 4.000 lesionados.
Factores como la fatiga, el consumo de alcohol y las distracciones (como el uso del celular) están entre las principales causas de accidentes, según reportes de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT). De hecho, el uso del celular al conducir representa alrededor del 23 % de los siniestros anuales, mientras que el alcohol y el agotamiento siguen siendo factores determinantes en miles de percances cada año.
La importancia de pequeñas decisiones
Frente a este escenario, para María Augusta Lucio, Gerente de Desarrollo de Negocio de Seguros Alianza es clave impulsar una cultura de conducción preventiva y consciente. Estas son algunas recomendaciones para reducir los riesgos en esta temporada:
- No conducir si se ha ingerido alcohol: Es preferible designar a un conductor sobrio, utilizar transporte alternativo o esperar hasta estar en condiciones óptimas para manejar.
- Dormir bien antes de viajar: El descanso previo es esencial para mantener la concentración y reflejos activos. Una sola noche mal dormida puede duplicar el riesgo de un accidente.
- Evitar jornadas maratónicas de conducción: Se recomienda hacer pausas cada dos horas, hidratarse y, si es posible, alternar la conducción con otros pasajeros.
- Reducir distracciones: Apagar el celular o utilizar sistemas de manos libres, evitar comer o maquillarse al conducir. El enfoque debe estar 100 % en la vía.
- Revisar el vehículo antes de salir: Frenos, luces, llantas y cinturones deben estar en óptimas condiciones.
- Planificar las rutas y horarios: Elegir tramos menos congestionados y evitar conducir de noche reduce el estrés y mejora la seguridad.
“Durante diciembre, observamos una confluencia de factores de riesgo que alteran significativamente la capacidad de respuesta de los conductores: el alcohol ralentiza la toma de decisiones, la fatiga reduce el tiempo de reacción y las jornadas prolongadas elevan el nivel de distracción. Cuando estos elementos coinciden, el riesgo de siniestros se multiplica. Es fundamental que los conductores prioricen su condición física y emocional antes de ponerse frente al volante. Conducir bajo estos estados compromete no solo su vida, sino la de todos quienes comparten la vía”, señala María Augusta Lucio, Gerente de Desarrollo de Negocio.
El rol de la prevención y el seguro
Más allá de las medidas preventivas, contar con un seguro vehicular y de responsabilidad civil se convierte en una herramienta clave ante cualquier eventualidad. Una póliza activa puede significar atención médica oportuna, asistencia legal inmediata o la recuperación de un vehículo siniestrado.
La temporada de fin de año es un buen momento para recordar que la seguridad vial comienza con cada decisión individual y se fortalece con una cultura colectiva de prevención.
