Los habitantes pudieron normalizar sus actividades cotidianas
Pocas horas después de una inspección técnica a la obra, liderada por la prefecta del Guayas, Marcela Aguiñaga, el agua potable regresó a Magro, la parroquia que resultó afectada por el colapso del puente Gonzalo Icaza Cornejo, en marzo de 2025. Esta labor ejecutada por el Gobierno Provincial, a través de la concesionaria Conorte, comprende la instalación de dos nuevas tuberías en un soporte colgante, sobre el río Daule.
El 16 septiembre, en horas de la tarde, la Prefecta recorrió la zona rural del cantón Daule, para verificar el trabajo desarrollado en beneficio de cientos de familias. “Quiero de la manera más sentida agradecerles por su paciencia. Luego de 6 meses de un trabajo gigantesco que hemos tenido que hacer, estamos recuperando el flujo del líquido vital”, señaló Aguiñaga.
“Llegó bien… con mucha presión y encantada yo con mis nuevas llaves que las puedo abrir con agua”, señaló Debbies Torres quien reflejó el ambiente generalizado de felicidad que se vive en la comunidad.
El restablecimiento del servicio de agua potable no solo beneficia a Magro, sino también a comunidades de Daule y Lomas de Sargentillo. Kathy Anzules, residente de la zona, ahora podrá lavar platos, ollas y alimentos. “Ya no tenemos que preocuparnos por el agua o estar diciendo ¿a qué hora llega el agua para poder hacer las cosas?”, contó emocionada.
La Prefectura Ciudadana del Guayas, paralelamente, proyecta para finales de octubre, la entrega de los estudios para la construcción del nuevo puente Gonzalo Icaza Cornejo, a fin recuperar la conectividad vial.