La masacre habría sido planificada un mes antes, desde Colombia, por un líder de Los Tiguerones, organización que atraviesa una pugna interna de liderazgo tras la captura de los hermanos Alcívar Bautista en España. Los militares empezaron a controlar esa prisión hace pocas semanas. Detenidos de distintos grupos criminales estaban mezclados, advirtieron fuentes a Vistazo.
Desde fines de agosto el ambiente en la cárcel de Esmeraldas estaba enrarecido. Familiares de detenidos salieron a protestar la noche del 29 de agosto. Pedían un mejor trato al interior del recinto, que tiene una capacidad para unas 1.500 personas.
Todo indica que por esas fechas, desde Colombia, un alto miembro del grupo criminal Los Tiguerones ordenaba asesinar a todos aquellos detenidos que no pertenecieran a esa organización criminal, según fuentes de inteligencia explicaron a Vistazo.
Sus motivaciones eran dos: reclamar el liderazgo del grupo narcodelictivo, una vez que sus principales cabezas, los hermanos William y Alex Alcívar Bautista, fueron detenidos en España y tienen sobre sus espaldas un proceso de extradición. En ese país, donde fueron detenidos en octubre de 2024, vivían como prósperos empresarios.
La segunda razón tenía que ver con la medida adoptada, meses atrás, por la autoridad penitenciaria, de reunir en ese recinto carcelario a detenidos de distintas organizaciones criminales.
Para Los Tiguerones, la cárcel de Esmeraldas es una suerte de santuario. La explicación es ésta: William Alcivar Bautista, o Negro Willy, quien inició este grupo narcodelictivo, fue un guía penitenciario que colaboraba en este centro. Conoce las interioridades de ese recinto carcelario.
“Mezclar y reunir a detenidos de distintos grupos fue una medida desacertada”, explicó una fuente que ha seguido el proceso. Quien la adoptó, añadió, desconoce el origen de esta estructura narcodelictiva. No sabe que se incubaba una bomba de tiempo, concluyó.
Las Fuerzas Armadas habían reforzado los perímetros del centro
Hace varias semanas se realizó la transición para el control del perímetro interno y externo, por parte de las Fuerzas Armadas en la cárcel de Esmeraldas, según confirmó a Vistazo el coronel Alex Reina Huertas, comandante de la Policía de la subzona de Esmeraldas.
Él confirmó que el número de víctimas mortales ascendió a 17 y que la Policía actuó de inmediato para evitar fugas de reos.
La autoridad penitenciaria, SNAI, emitió un informe escueto para confirmar la masacre, sin mayores datos.
«Sumergidos en una crisis multifactorial»
El capellán de la cárcel de Esmeraldas y coordinador de la Pastoral Social en esa provincia es el sacerdote español José Antonio Maeso. En diálogo con Vistazo lamentó que los hechos que implican la pérdida de vidas humanas son el resultado de una política a la que calificó como desacertada.
“Estamos sumergidos en una crisis multifactorial a la cual no podemos dar unas soluciones simples; tampoco que pasen por la confrontación violenta. Es muy infantil pensar que existen solo buenos y malos, blanco y negro. Creer que por el sometimiento de aquellos que llamamos -malos- alcanzaremos la paz. Este tipo de narrativa justifica el uso de la violencia presentándola como una solución necesaria y purificadora para los problemas de una comunidad, eximiendo de una responsabilidad social a quien la dirige y a quien es parte de ella. Esto es el arcaico e infantil, el mito de la violencia salvífica de algunos cuentos populares”.
Fuente Vistazo