Cada noviembre, en el marco del Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, se pone de relieve la urgente necesidad de prevenir todas las formas de violencia y acoso entre niños, niñas y adolescentes, incluida la modalidad digital conocida como ciberacoso.
En la actualidad este fenómeno se convierte en un reto mayor, ya que en esta era digital las interacciones y agresiones se dan también, través de dispositivos, redes sociales y aplicaciones, las 24 horas del día. Por ejemplo, una investigación de BMC Psychiatry (diciembre de 2023) sobre adolescentes de América Latina y el Caribe señaló que aproximadamente el 20% de los estudiantes encuestados habían sido víctimas de ciberacoso en el último año.
En Ecuador, el escenario es similar. Un estudio de ChildFund (junio de 2025) evidencia que tres de cada 10 menores de edad han sido víctimas de acoso y violencia de forma recurrente en redes sociales, y la mitad de ellos ni siquiera sabe quién es su agresor. “Este contexto exige que las familias, los centros educativos y la comunidad en general estén alertas y cuenten con prácticas concretas para detectar a tiempo señales de alerta y trabajar activamente en la prevención de esta problemática”, asegura Maía José Proaño, Directora de Aprendizaje de Innova Schools.
Señales de que su hijo podría estar siendo víctima del ciberacoso
De acuerdo con la representante de Innova Schools, es clave que las familias estén atentas a algunos indicadores. “No necesariamente significan con certeza que haya ciberacoso, pero sí deben entenderse como señales de alerta que ameritan un diálogo abierto”, comenta.
- Cambios de comportamiento súbitos: Por ejemplo, si se muestra irritable, triste, o llora sin causa aparente. Si se niega a usar sus dispositivos o, por el contrario, está en el teléfono o computador muchas más horas que antes sin que lo note la familia. O si declina asistir al centro educativo, actividades extracurriculares o se muestra ansioso o incómodo tras salir del colegio.
- Rendimiento académico y actitud escolar alterados: Si se evidencia un descenso injustificado en las calificaciones o falta de interés en tareas y clases. Si el menor evita hablar del colegio o se muestra evasivo respecto a lo que sucede entre amigos, o si recibe mensajes o llamadas y se cierra cuando se le pregunta sobre lo que ocurre.
- Signos en el entorno digital: Si notamos cambios frecuentes de contraseñas, perfiles bloqueados, eliminación de cuentas sin motivo claro. O si vemos la aparición de mensajes ofensivos, rumores difundidos, publicaciones o imágenes compartidas de manera dañina. Incluso si insiste en borrar el historial del navegador, oculta lo que hace o se conecta “solamente cuando nosotros no estamos”.
- Reacción emocional o física: Cuando son recurrentes lasquejas de dolores de cabeza, los problemas para dormir, cambios en el apetito, la somnolencia o irritabilidad general. Si se presenta un miedo repentino de que alguien acceda o publique algo suyo, o una sensación de estar “expuesto”. O si manifiesta sentirse culpable, avergonzado o pide que no se hable de un tema específico.
Consejos para evitar que sus hijos sean víctimas de ciberacoso
- Fomentar un ambiente de confianza y comunicación abierta: Reiterarles que en casa se habla diariamente sobre lo que hacen en línea, con quién interactúa y cómo se siente. Cuando no hay miedo a contarlo, se puede actuar a tiempo.
- Educar sobre el uso responsable de la tecnología: Brindar una formación de ciudadanía digital responsable, conversar sobre comportamiento en redes y medios digitales, modelar estos comportamientos, reflexionar sobre las implicaciones de los comentarios y publicaciones de redes sociales, etc. “No solo es importante enseñarles a protegerse y reportar, sino a comportarse y anticiparse para evitar estos comportamientos.”, dice la especialista de Innova Schools.
- Establecer acuerdos: Los dispositivos se pueden usar en espacios comunes de la casa, con horarios definidos, se revisan juntos las aplicaciones instaladas, y los padres conversan con sus hijos sobre los recursos de control parental y filtros según la edad, explicando el por qué, para que no se perciba la supervisión como desconfianza, sino como cuidado.
- Reforzar la autoestima y las habilidades sociales: Procurar tener una comunicación activa, evitar juzgar y penalizar los comportamientos o actitudes inapropiadas en los entornos digitales, pero reflexionar y redirigirlos.
- Actuar ante la detección o sospecha del problema: Si se confirma o se sospecha que el menor está siendo víctima de ciberacoso, no se debe esperar. Inmediatamente hay que notificar al centro educativo, conservar evidencias, limitar el contacto con el agresor, y considerar la asistencia de un profesional en psicología si es necesario.
