Las marcas utilizan el storytelling para conectar con su audiencia. Para ello, toda marca debe definir su personalidad y saber comunicar. Es necesario reconocer cuáles son los aspectos que forman su identidad y decidir cómo se quieren contar.

Por ejemplo, si Nike fuera persona, podríamos definirla como dinámica, decidida, innovadora y que no se deja vencer o intimidar por los retos. Ahora bien, todos estos rasgos se traducen en mensajes que proyectan claramente esta idea; sus anuncios suelen representar atletas profesionales y amateurs que luchan contra sus propias limitaciones y que, al final, logran la meta planeada. Las diferentes historias de superación que vemos son un reflejo de las mismas limitantes que tenemos al querer practicar un deporte y que, de repente, se vuelven narrativas familiares con las que nos identificamos.

En el caso de Coca-Cola, es fácil de reconocer su personalidad, puesto que utilizan una paleta de colores establecida con predominio del rojo y se presentan escenas donde prevalece el amor, la amistad y la felicidad de compartir momentos con tus seres queridos.

Es decir, aplicar una estrategia narrativa a los contenidos que se publican, tanto en redes sociales como en otros medios, debe ser parte central de la marca. Ahora bien, ¿por qué es importante desde el punto de vista de las relaciones públicas definir un mensaje de la marca?

Recordemos que no todo lo que comunicamos tiene como objetivo vender, es indispensable construir una imagen de marca que nos permita identificarnos y proyectarnos tal y como deseamos. Hay que generar presencia y buscar la conexión emocional con el público y, de ahí que, lo mejor es encontrar la voz de la marca.

Marcela Becerra, CEO de Prnews, señala que “generar contenido en el lado más humano de las marcas es clave para entablar un vínculo emocional y ponerle cara a un producto de consumo. De esta forma, incluir mensajes de responsabilidad social o apoyo a causas, genera una imagen positiva cuando se hacen de manera planeada y como parte de una filosofía organizacional”.

Por otro lado, contar una historia no implica necesariamente narrativas complejas o extensas, puedes contar algo incluso en 5 segundos. Para mejor ejemplo, tenemos los anuncios de YouTube que no podemos omitir sino pasado este lapso. Muchas marcas desaprovechan este breve tiempo en el que tienen una audiencia cautiva, inician con la introducción a su marca, pues quieren contar una historia que finalmente no engancha y que todos nos saltamos en cuanto tenemos oportunidad. Así, nunca llegamos a saber de qué era ese anuncio.

Sin embargo, otros más sí saben cómo aprovechar este tiempo, ya sea con una imagen, un mensaje corto o una situación. Una persona comiéndose un sándwich o alguien haciendo una reserva de hotel en una plataforma, son historias muy breves que pueden decir mucho si se piensa estratégicamente en la escena y cómo se van a colocar logotipos, productos o medios de contacto. Una forma más de llevar una narrativa al público consumidor, son las activaciones que podemos ver en la calle o espacios públicos, principalmente para experimentar las marcas y tienen también que contarnos una historia.

En conclusión, las relaciones públicas se benefician enormemente del storytelling, ya que esta técnica permite transmitir mensajes de manera más efectiva, creando conexiones emocionales con la audiencia; ya que genera conexión emocional, humanización de la marca, transmisión de valores y mensajes, generación de interés y atención, diferenciación de la competencia y facilitación de la memorización.

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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