6 de cada 10 instituciones educativas operarán con mucho menos alumnos en comparación a su capacidad instalada. En instituciones con pensiones menores a $100, la tasa de morosidad llega incluso al 20%.
Más de 20 representantes de colegios a nivel nacional conocerán los resultados del informe regional sobre la situación de la educación privada
La salud financiera de los colegios privados en Ecuador atraviesa un momento crítico. Así lo evidenció el último informe regional “Educación en Cifras, panorama financiero de las Instituciones Educativas en LATAM”, elaborado por la reconocida Fintech con presencia en México, Colombia y Ecuador especializada en educación, Mattilda.
En Ecuador el 60% de las instituciones educativas particulares operan por debajo de su capacidad instalada, y enfrentan una morosidad mensual que compromete seriamente su sostenibilidad. El panorama es especialmente preocupante si se considera que en promedio el 6 de cada 10 dólares que recibe un colegio se destinan al pago de salarios entre docentes y personal administrativo, lo cual incide directamente en la inversión en mejoras tanto de infraestructura como en innovación y calidad educativa.
El informe —basado en encuestas a 173 colegios ecuatorianos, de Quito, Guayaquil, Ambato y Loja revela que:
- Casi el 50% de los estudiantes que se retiran lo hacen por razones económicas.
- El 24% de los colegios reportaron disminución en número de estudiantes.
- El 38% de los colegios no tiene ninguna fuente de ingreso adicional más allá del pago de pensiones.
Antes de la pandemia, muchas instituciones contaban con listas de espera; sin embargo, esa realidad cambió drásticamente. La demanda de matrículas cayó al punto que prácticamente han desaparecido las listas de espera para ingresar a planteles privados. Este fenómeno se explica en parte por factores demográficos y económicos: a nivel nacional, el número de nacimientos ha disminuido (24,5% menos nacimientos en la última década) y, al mismo tiempo, los costos educativos (inflación educativa) han aumentado. En el caso de Guayaquil y otras zonas urbanas de la costa existe un componente adicional, la inseguridad y violencia urbana incide en la asistencia regular de los alumnos y en la deserción.
La disminución constante del alumnado genera como resultado que muchas instituciones tienen espacios vacantes y potencial de crecimiento sin explotar, pero carecen de los recursos para invertir en mejoras que hagan más atractiva su oferta académica.
Morosidad, desafío constante
Junto con la reducción de alumnos, la morosidad en el pago de pensiones escolares es uno de los mayores desafíos financieros para los colegios privados. Incluso antes de la pandemia, los niveles de cartera vencida ya eran elevados: a finales de 2019 algunos establecimientos reportaban que hasta 40% de su alumnado estaba en mora con las mensualidades.
A pesar de los esfuerzos de cobranza y alternativas de refinanciamiento por parte de los colegios, la morosidad sigue siendo elevada en 2025. Según el Informe de Mattilda IA el 64% de los colegios particulares cierra cada mes con más del 5% de sus pensiones sin cobrar. En otras palabras, para la mayoría de colegios, en el caso de Ecuador, el atraso constante en los pagos es una presión sobre su flujo de caja. Solo una minoría (aproximadamente 20% de colegios, típicamente los de mayor poder adquisitivo) logra mantener la morosidad por debajo del 5% mensual, obligando a las instituciones a operar con cautela y, en muchos casos, depender de los pagos atrasados.
La morosidad golpea con más fuerza a los colegios pequeños y de pensiones bajas. En Ecuador, los planteles con menos de 200 estudiantes son los que presentan mayores rezagos financieros: más de la mitad de ellos reporta carteras vencidas mensuales superiores al 10% de sus ingresos. De igual forma, entre las instituciones que cobran pensiones económicas (menores a $100 mensuales), 55% tiene ocupación inferior al 75% y enfrenta morosidad crítica, mientras que los colegios de pensiones más altas muestran indicadores financieros más sólidos. La combinación de menos alumnos y pensiones más bajas deja a muchos colegios populares en una situación de precarización financiera y por lo tanto de calidad educativa.
Espacio para repensar la sostenibilidad educativa
En medio de este contexto directivos de más de 20 colegios a nivel nacional como el colegio Espíritu Santo, Logos Academy, Unidad Educativa Monte Tabor, representantes de asociaciones educativas y expertos en administración escolar se darán cita este 31 de julio a las 15:00 en el Hotel Holiday Inn (Av. de las Américas) a las 15:00, para conocer de forma extendida los resultados del informe y conocer sobre nuevos modelos de gestión financiera aplicados al sector educativo.
El evento será liderado por Mattilda, especialista en sostenibilidad en el sector educativo con mercado en Colombia, México y Ecuador. Mattilda asiste a más de 500 planteles educativos en estos tres países.