Ica, una región situada en la costa sur de Perú, es reconocida mundialmente por su rica historia, patrimonio cultural y maravillas arqueológicas. Pero si hay algo en particular que se roba las miradas, estas son las famosas Líneas de Nasca, uno de los enigmas más fascinantes de la humanidad que han cautivado a viajeros y científicos.
Las Líneas de Nasca son un conjunto de geoglifos que se extienden en la vasta pampa del mismo nombre. Estos impresionantes dibujos, creados entre los siglos V y VI D.C., abarcan una superficie de aproximadamente 450 kilómetros cuadrados y consisten en más de 800 líneas rectas, 300 figuras zoomorfas, 70 figuras botánicas y miles de líneas geométricas. Algunas de estas figuras alcanzan hasta 370 metros de longitud y solo son visibles desde el aire.
El misterio que rodea a las Líneas de Nasca ha despertado la curiosidad de expertos y visitantes durante décadas. ¿Cómo fueron creadas? ¿Con qué propósito? Aunque se han propuesto diversas teorías, su significado aún no se ha resuelto por completo, lo que añade un aura de intriga a este sitio arqueológico.
La región de Ica, consciente de la importancia de preservar y promover este legado cultural invaluable, ha tomado medidas significativas para garantizar la conservación de las Líneas de Nasca y fomentar un turismo responsable. En colaboración con organizaciones internacionales, se han implementado protocolos estrictos para proteger las líneas de daños y minimizar la interferencia humana.
Se han establecido miradores estratégicos desde donde los visitantes pueden apreciar las figuras. Otra opción es sobrevolar las Líneas desde una de las avionetas que parten en el aeropuerto Capitán FAP Renán Elías Olivera en Pisco. El vuelo dura alrededor de 90 minutos.
Además de las Líneas de Nasca, la región de Ica ofrece una amplia gama de atracciones turísticas y actividades. Desde los viñedos y bodegas que producen el reconocido Pisco, la bebida nacional de Perú, hasta la Reserva Nacional de Paracas, hogar de una abundante vida marina y fascinantes formaciones rocosas.
Otro atractivo imperdible es el Oasis de la Huacachina, ubicado a pocos kilómetros de la ciudad de Ica y célebre por su laguna ubicada entre las dunas de arena. Aquí los más aventureros pueden disfrutar del sandboarding y recorrer los paisajes desérticos en vehículos todo terreno. Y la jornada se puede finalizar contemplando el sunset, mientras se disfruta de un picnic en el desierto.
En cuanto a la gastronomía, Ica es famosa por su deliciosa cocina criolla, destacando platos como la sopa seca y la carapulcra. También están las célebres tejas, dulce tradicional que consiste en un trozo de frutos secos, rellenos de un manjar blanco especial y bañadas en un dulce blanco a base de azúcar.
Los visitantes pueden deleitarse con la variedad de sabores y disfrutar de la hospitalidad de los locales. Con su compromiso de preservar el patrimonio cultural y ofrecer experiencias turísticas enriquecedoras, la región de Ica se consolida como un destino imperdible para los amantes de la historia, la arqueología y la aventura.